El 11 de julio Cuba tuvo más presos políticos en un solo día que Venezuela y Nicaragua combinados
Michael Lima, miembro del Consejo Deliberativo de Cuba Próxima, comparte opiniones sobre el presente de la nación y el trabajo que realizamos. Lima es experto en historia de América Latina y activista de Derechos Humanos; además, fundador de Democratic Spaces, una iniciativa de la sociedad civil canadiense dedicada a la investigación y divulgación de temas de Derechos Humanos.
1- ¿Cuál es la situación social, económica, política y humanitaria actual de Cuba?
En lo político, se impone la dictadura más duradera de la historia de América Latina, si bien en los últimos 12 meses se ha roto la hegemonía del miedo con el resurgir de la protesta pública. No obstante, la respuesta del régimen fue la de ignorar las voces de cambio del pueblo cubano y redoblar la represión. Los reportes de Amnistía Internacional y otras organizaciones de Derechos Humanos en 2021 hablan de niveles alarmantes de vigilancia, hostigamiento y represión contra activistas, periodistas, defensores de los derechos humanos y críticos del sistema no vistos en varias décadas en Cuba.
El 11 de julio Cuba tuvo más presos políticos en un solo día que Venezuela y Nicaragua combinados. Los reportes de los familiares de presos políticos hablan de torturas físicas y psicológicas. Los defensores de los Derechos Humanos viven sometidos a un sistema constante de hostigamiento, vigilancia, arresto domiciliario forzado, citaciones, golpizas, difamaciones por parte de la seguridad del estado y los cuerpos represivos del sistema.
En cuanto a la situación humanitaria, económica y social, los cubanos experimentan una catástrofe humanitaria caracterizada por el colapso del sistema de salud pública con hospitales abarrotados y escasez crónica de medicamentos. La llamada política de “Reordenamiento” elevó exponencialmente el costo de la vida, lo cual para la gran mayoría de cubanos que no recibe remesas del exterior, se ha traducido en condiciones extremas de sobrevivencia y miseria. Con el reordenamiento, los comedores sociales subieron sus precios a más del doble y el costo de la canasta básica supera en un 43% el salario mínimo. Para un cubano de a pie, el kilo de pollo, carne y el cartón de huevo cuesta más en Cuba en proporción al salario mínimo que en Miami, Madrid y Ciudad México. Cuba es hoy día un país donde un suboficial de prisiones gana más que un médico con dos especialidades.
2- Ante ello, ¿cuál es la posición del poder imperante en la Isla, y cuáles otras posiciones prevalecen en la esfera pública cubana transnacional? ¿Cuáles de estas zonas ciudadanas estarían en capacidad de procurar una solución, y cómo intentarlo?
Posición del régimen cubano. Para este, la solución a los problemas siempre ha sido ocultarlos, declararle la guerra a la realidad, desviar la atención de los problemas políticos, sociales y económicos del país. Culpar al embargo y hacer todo lo posible en el ámbito propagandístico para que cambie la conversación de su punto principal y es que el sistema imperante en Cuba es la causa de todos los problemas que enfrenta el país en todas las esferas. Ante las voces de cambio el régimen responde con represión y brutalidad.
Posiciones en la esfera pública transnacional. Me gusta la propuesta ciudadana de un plebiscito vinculante con la supervisión internacional para que la gente de Cuba decida si desea o no continuar con el sistema imperante. Este plebiscito solo se puede lograr con la presión abrumadora de los cubanos y el apoyo de la comunidad internacional. De ahí en adelante se daría paso a un período de transición donde se convocarán a elecciones libres y se procederá a cambiar las leyes en Cuba.
Sin presión no hay cambio. El cambio en Cuba hacia la democracia requiere de dos actores fundamentales. El pueblo cubano mediante su presión, la comunidad internacional acompañando el reclamo de los cubanos y el apoyo que deberá ocurrir debido a la presión de una parte de la elite de poder en Cuba que se sume a la ola del cambio hacia la democracia.
Debe tomarse nota del tipo de activismo iniciado por el Movimiento San Isidro donde se buscan alianzas claves con diversos sectores de la sociedad civil en Cuba (artistas, activistas de derechos humanos/LGBT, ambientalistas, periodistas, intelectuales). Ello ha roto con el tipo de oposición estructurada y jerárquica que se inició en Cuba a finales de la década de los ochenta.
3- Si el poder no acepta otra opción diferente a la ofuscación y el precipicio, ¿cómo deberían asumir esta desdicha los diversos sectores ciudadanos civilistas que abogan por cambios profundos, pacíficos, consensuados?
El poder nunca ha aceptado otra opción que no sea imponerse. Por eso en Cuba prevalece la dictadura a pesar de la voluntad popular.
La historia demuestra que sin presión no hay cambio. Esa dinámica se puede ver en el derrocamiento de muchas otras dictaduras y la transición hacia la democracia. La solución comienza con la presión.
En algún momento debería darse esa unión en la diversidad de las fuerzas democráticas en Cuba para todos con un solo fin hacer viable todos los métodos de resistencia pacífica posibles.
4- ¿Debería establecerse una Comisión de Verdad, Justicia, Reconciliación y Memoria Histórica?
Pienso que exponer los crímenes del Castrismo y llevar a los tribunales a los ejecutores y autores intelectuales de torturas y graves violaciones a los Derechos Humanos es vital en la sana reconstrucción de una futura República democrática en Cuba.
La futura Cuba democrática debería promover el estudio de lo que han significado más de 6 décadas de totalitarismo en Cuba con iniciativas similares a las de museos y centros como el Museo del Holocausto en Washington DC y otros similares en otras naciones. Para la futura democracia cubana será vital exponer el costo humano del Castrismo, fortalecer instituciones, fomentar una cultura democrática y de instituciones sólidas para evitar que Cuba como Nicaragua, Rusia y otras naciones, padezca una regresión democrática y una transición fallida.
5- ¿Un proceso de reconciliación nacional -democrática- demandaría acompañantes internacionales a modo de facilitadores, garantes, mediadores? ¿Quiénes podrían desempeñarlo?
Algunos posibles candidatos podrían ser representantes de países como la Republica Checa y otros que sufrieron los horrores del totalitarismo y el comunismo y ONGs conocedoras de transiciones del comunismo a la democracia y el libre mercado.
6- De cara a un proceso de cambio sociopolítico en Cuba por medio de una senda de diálogo reconciliatorio y democrático a la vez, ¿qué opina de las formulaciones planteadas en Cuba Próxima durante los pasados meses?
Sugiero más claridad sobre el significado de “diálogo.” La mera mención del término “diálogo” genera oposición en muchos cubanos. Las experiencias de diálogos fallidos en Venezuela han creado ese rechazo generalizado en Cuba y en Venezuela. Los intentos de diálogos en ese país (entre oposición y régimen) demuestran como las dictaduras usan este mecanismo para ganar tiempo, manipular a la opinión pública internacional y permanecer en el poder.
Sobre el documento Un consenso para la democracia.
Pienso que el primer punto debería contemplar la relación entre la presión y el cambio. La clave para iniciar todo proceso de transición es que exista voluntad política por parte de la elite de poder y ello no ocurre en un vacío. Requiere de presión abrumadora de los cubanos y la comunidad internacional que lleve a la cúpula de poder a flexibilizar posturas y ceder.
Cuba no es un Estado de Derecho, ni se puede asumir que el cambio en la ley sea la clave. Creo en la gente por eso pienso que el paso inicial del cambio en Cuba debe iniciarse con un plebiscito vinculante, con supervisión internacional donde el pueblo cubano decida en las urnas si desea continuar o no con el sistema imperante. De ahí en adelante pienso debe contemplarse una constituyente para cambiar absolutamente todas las leyes del sistema imperante (promulgar una nueva constitución, eliminar el código penal heredado de la era estalinista).
La constitución de 2019 no otorga derecho alguno porque está subordinada al artículo 4 que decreta de irrevocable el sistema socialista. Los derechos que da por un lado los quita por otro. Reformar la constitución del 2019 es como intentar reparar un edificio con las simientes podridas.
Sobre el inciso g titulado: “Redimensionar las fuerzas militares y de seguridad acorde a las necesidades de una sociedad prodemocrática, sin penalizar la discrepancia política y garantizando el orden interior y el cumplimiento de acuerdos multilaterales y bilaterales en la lucha contra el narcotráfico, el tráfico de migrantes y de armas,” sugiero se esclarezca el significado de redimensionar. Mi perspectiva en base a los procesos de transición en otras naciones es que para que la Cuba del futuro tenga una transición exitosa hacia la democracia y no ocurra una regresión autoritaria como en Nicaragua, Rusia y otras naciones hace falta purgar de raíz a todo el aparato represivo de la dictadura en Cuba.
Redimensionar es una palabra muy ligera cuando hablamos de las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior que manejan un aparato represivo con gran poder económico y transnacional.
Es vital impedir que los miembros del régimen con el dinero que tienen en cuentas en el extranjero utilicen a familiares y nietos para postularse como candidatos en una Cuba democrática y creen clanes y mafias que impidan el avance democrático de la nación.
Acerca del documento Cuba: verdad y justicia para reconciliarnos.
Apoyo la idea de una Cuba democrática futura donde se promueva la memoria histórica mediante estudios y divulgación de información sobre el costo humano y el significado de más de 6 décadas de totalitarismo en Cuba. Esto es vital en un país donde el período totalitario de más de 6 décadas sobrepasa en duración el periodo republicano, del cual solo la breve etapa de 1940 a 1952 constituye una de democracia moderna e inclusiva.
Pienso que Cuba Próxima podría ser la base para la creación de un Centro de Estudios sobre Totalitarismo como los que existen en países del antiguo campo socialista.
El término “periodo de conflicto” confunde. La única etapa de conflicto armado en la historia reciente de Cuba aconteció en los primeros años de la década de los sesenta, durante la etapa de rebelión en el Escambray. ¨Periodo de conflicto¨ asume una dinámica de guerra civil. En Cuba no hubo una guerra civil como en América Central en la década de los ochenta, donde dos partes cometieron crímenes.
La historia reciente de Cuba es la de una dictadura que ha usado la fuerza y la represión en contra de una sociedad civil claramente pacifica desde finales de la década de los 70 cuando se constituyó el Comité Cubano por los Derechos Humanos y se dio paso a una nueva forma de lucha en base a la resistencia civil pacífica.
Pienso que más allá de que exista una Comisión de Verdad, Justicia, Reconciliación y Memoria Histórica, debe recaer todo el peso de la ley sobre los responsables de las más graves violaciones a los Derechos Humanos en Cuba (torturas, crímenes tanto el que los ejecutó como el que dio la orden en la cadena de mando) a pesar de que admitan públicamente sus crímenes. No existe un Núremberg contra crímenes del comunismo y es hora de que los cubanos hagamos la diferencia.
La participación de Noruega, el Vaticano y la ONU debe repensarse cuidadosamente. Una gran parte de gobiernos que integran la ONU son autoritarios y por décadas favorecieron a la dictadura en Cuba. El Vaticano ha preferido históricamente darse la mano con la élite de poder en Cuba y la espalda a los defensores de la democracia en Cuba.
Sobre el diálogo con Estados Unidos, pienso que este debe iniciarse no como vía para que el régimen actual gane tiempo como ha ocurrido con el régimen venezolano cuya experiencia ha hecho que el termino ¨diálogo¨ sea rechazado ampliamente tanto por opositores cubanos como venezolanos. En Cuba, el diálogo con Estados Unidos debe comenzar cuando se hayan liberado a todos los presos políticos y de conciencia, cuando se hayan derogado las leyes represivas y se haya convocado a elecciones libres.
En relación con el Catálogo para el Cambio 2021.
Apoyo esta iniciativa. Pienso cumple un rol de motivar discusión, intercambio de ideas, además de servir como plataforma y hoja de ruta de los derechos y libertades en una Cuba democrática.
Me parece importante la forma como combina garantías de derechos políticos y adopta programas económicos y sociales similares a los de los estados benefactores para asistir a los ciudadanos de pocos recursos y poblaciones vulnerables.
Apoyo la inclusión de garantías de los Derechos Humanos y de un catálogo que complemente derechos sociales e individuales de tercera y cuarta generación. También considero muy bien pensado que hayan incluido el “acceso universal a la educación, al cuidado de salud, la seguridad social, la asistencia pública en caso de dificultad o desventaja…”
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