Entrevista con Roberto Veiga González, miembro del Diálogo Interamericano y director del Centro de Estudios «Cuba Próxima»
La Cuba del presente exhibe un panorama económico calamitoso, más el agotamiento del discurso ideológico de la oficialidad. Ello se hace evidente en las ansias de emigración de la población cubana de todas las edades. A todo eso habría que agregar, sin el menor de los desatinos, la pérdida total de confianza de la población en el socialismo y en la capacidad del gobierno para fomentar un Estado garante. Sobre estos aspectos, sus consecuencias y las iniciativas a poner en curso, discurre esta conversación con Roberto Veiga González, miembro del Diálogo Interamericano y director del Centro de Estudios sobre el Estado de Derecho y las Políticas Públicas Cuba Próxima.
Emilio Barreto Ramírez: ¿Cómo delinearías el panorama político, económico y social en la Cuba del presente más inmediato?
Roberto Veiga González: La situación actual de Cuba es sumamente grave. La sociedad padece una crisis integral por falta de alimentos, de medicinas, de electricidad, de gas, de comunicación y de transporte, etcétera. Es decir, hay crisis en cada aspecto de la realidad y todas estas crisis se robustecen recíprocamente.
Si bien el control del país se mantiene en niveles altos y con eficacia, resulta evidente el colapso definitivo de eso que llamaron “modelo económico” y la incapacidad de quienes deben orientar y gestionar el bienestar. No existe una estrategia oficial para enfrentar las dificultades y enrumbar el país hacia el desarrollo, ni el gobierno implementa nuevas formas para alcanzar claridades y acuerdos sociales.
Cuba se encuentra, invariablemente, frente a un pronto momento de inflexión, casi definitivo. En poco tiempo, aunque no pueda fijar un plazo preciso, comenzará un proceso de transformación política -que en cualquier caso será lento y difícil, por razones obvias- o el país quedará instalado en el cuarto mundo a través de una especie de haitianización.
(EBR): Algunos consideran la posibilidad de una solución rápida por medio del derrocamiento de los gobernantes actuales, proveniente de la movilización popular y el establecimiento inmediato de un Estado democrático cualitativo…
(RVG): Quizá lo primero no sea descartable, o sea, el derrocamiento de los gobernantes actuales, proveniente de la movilización popular, si bien ahora mismo resulta escasamente probable. Lo segundo sí es improbable, pues desde un escenario de violencia y caos, sin organización y sin liderazgos sólidos, será muy difícil establecer un nuevo Estado, que sea democrático, y que además tal democracia sea cualitativa.
Si el nuevo Estado no fuera producto de una negociación política que conduzca con alguna serenidad a un nuevo pacto social, seguramente ese nuevo Estado será -en el mejor de los casos- un mero instrumento de oligarquías cubanas de acá, allá y acullá. Es decir, se instalaría un país con algún acceso de mayorías a pan y circo, sólo a modo de maquila, capaz de proveer de trabajo indecente a intereses económicos particulares, incluso espurios. Este es un riesgo cierto y posiblemente inmediato.
La edificación de un Estado de Derecho cualitativo siempre es una labor progresiva, asentada en la libertad y la democracia, el civismo y el diálogo, propia de sociedades ya democráticas, con ciudadanos demócratas.
(EBR): Según algunos, el diálogo entre el gobierno de Cuba y la población es fundamental. Lógicamente, estos hacen referencia al reconocimiento del ya amplio tejido político que exhibe la sociedad civil cubana más allá de las organizaciones políticas y de masas pertenecientes al Estado. Al respecto, la única certeza a manejar es que el distanciamiento ideológico de esas instituciones tan ajenas a la sociedad política cubana parece ser un valladar a la hora de procurar los cambios que requieren la política y la economía cubanas sobre la base de un proceso de inclusión de actores políticos y sociales sin vinculación con la ideología de la revolución. ¿Hay posibilidades reales para fomentar un diálogo plural al interior de la sociedad cubana con el gobierno como principal interlocutor?
(RVG): Reitero que algún diálogo es necesario, porque resulta imprescindible alguna negociación política, o el país quedará instalado en el cuarto mundo a través de una especie de haitianización, en perjuicio de todos, incluso del poder.
A la vez, desde hace mucho tiempo, se ha desvirtuado eso de ideología y revolución, con independencia de lo que opine cada cual sobre lo que significaron o puedan significar realmente ambos conceptos en Cuba. Progresivamente la ideología fue siendo cada vez más sólo lealtad al poder, así como la revolución fue siendo cada vez más sólo quienes poseen el poder. En tanto, si hubiera disposición de diálogo por parte del poder tendría que ser con otros, no consigo mismo, pues eso sería un absurdo.
Sin embargo, apunto que habrá posibilidades sólo si los capaces de una negociación política por parte del poder y por parte de la oposición y la sociedad civil autónoma del Estado, llegaran a disponerse para ello, con capacidad para implicar de algún modo, sobre la base de los resultados, a quienes se dispongan desde las líneas duras, por llamarles según prefieren.
Desde la oposición, D Frente ha tenido la claridad y la fuerza de hacer un llamado al gobierno cubano para un proceso de tal índole. Esta concertación está integrada por miembros directos y organizaciones significativas, de la Isla y la diáspora. Estas son, por orden alfabético:
1.- Asociación Francesa por la Democracia en Cuba.
2.- Asociación de Madres y Familiares de Presos por la Amnistía.
3.- Casa Nación.
4.- Centro de Estudios sobre el Estado de Derecho «Cuba Próxima».
5.- Coalición de Cuentapropistas de Cuba (C3).
6.- Coalición Feminista.
7.- Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR).
8.- Confederación Obrera Nacional Independiente de Cuba.
9.- Consejo para la Transición Democrática en Cuba, constituido por las organizaciones siguientes:
a) Unión Patriótica de Cuba.
b) Red Femenina de Cuba.
c) Plataforma Femenina.
d) Mesa de Diálogo de la Juventud Cubana.
e) Arco Progresista/Cuba en Plural.
f) Unión Liberal Cubana.
g) Alianza Democrática Oriental.
h) Movimiento Opositores por una Nueva República.
i) Alianza Democrática Pinareña.
j) Solidaridad de Trabajadores Cubanos.
k) Mesa de Unidad de Acción Democrática.
l) Plataforma OTRO18.
m) Centro de Estudios de Liderazgo y Desarrollo.
n) Alianza para la Inclusión.
o) Movimiento Ciudadano de Reflexión y Reconciliación.
p) Asociación Sindical Independiente de Cuba.
q) Movimiento San Isidro.
r) Partido Demócrata Cristiano de Cuba.
s) Comité Ciudadano por la Integración Racial.
t) Partido por la Democracia Pedro Luis Boitel.
10.- Flamur.
11.- Proyecto DiVerso.
12.- Raíces de Esperanza.
13.- Red Femenina de Cuba.
En tal sentido, ahora queda preguntarse: ¿qué hará el gobierno de la Isla?
(EBR): Dentro del contexto político cubano actual, ¿existen las condiciones, tanto en Cuba como en Estados Unidos, para que se pueda entablar -al menos en cierto nivel- algún diálogo entre el gobierno cubano y el estadounidense?
(RVG): Es probable que existan condiciones para un diálogo político entre ambos Estados, que no sea una mera conversación sobre tópicos muy particulares de interés bilateral.
Quizá ya molesta demasiado a sectores políticos demócratas y republicanos, alejados de la cuestión cubana, que nuestros temas posean peso y condicionen en la política interna de Estados Unidos; de una Cuba que ya no les interesa ni como “aliada” ni como “enemiga”, nada útil para sus políticas domésticas. De modo que tal vez aportar a una solución sería un modo de desembarazarse del “problema”.
Pero a su vez, precisamente dado ese desinterés, Washington no tiene prisa y esperará a que desde La Habana se den pasos políticos que le permitan responder con otros pasos políticos. Ello no sólo por razones ideológicas, que de seguro existen, sino sobre todo por motivos de praxis. En política no suele ofrecerse algo si en ello no resulta un provecho, de alguna índole. Se hace imprescindible aceptar esto.
(EBR): Al menos, en lo personal, estimo que tal vez en Cuba sea necesario identificar acompañantes políticos y facilitadores eficaces en este proceso que también requiere de la inserción de Cuba en mecanismos internacionales plurales y no precisamente alineados con la izquierda o el socialismo. ¿Puedes verle algún alcance y utilidad a esa idea?
(RVG): Comparto que el desarrollo de Cuba dependerá de la colaboración amplia que pueda encontrar en el mundo real. También que para salir de la crisis actual necesitaremos un acompañamiento internacional a modo de apoyo y mediación. Pero estos acompañantes sólo se dispondrán cuando los cubanos, tanto el gobierno como -al menos- una zona significativa de la sociedad civil, mostremos disposición y capacidad para ello, lo cual no hemos conseguido hasta ahora de manera suficiente.
Por eso tal vez haga falta previamente un núcleo facilitador capaz de ofrecer claridades y disponer a los actores necesarios del gobierno, de la sociedad civil cubana, de Estados Unidos -que es parte de nuestro conflicto interno- y a los posibles acompañantes internacionales. Pero estos facilitadores no harían “magia”, sino que conseguirían sus propósitos sólo si encuentran la disposición de las partes.
Quizá actualmente esté clara la suficiente disposición de una zona amplia y plural de la sociedad civil transnacional, la posible disposición de políticos estadounidenses y la existencia de potenciales acompañantes, así como la disposición de un núcleo facilitador capaz de crear el clima político necesario para que inicie algo de tal índole; mas todavía no hay claridad acerca de la disposición del poder en la Isla. De modo que en este instante está en manos del gobierno cubano definir el camino hacia la “resurrección”, o la “sepultura” de la Nación.
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