La Habana, 21 de noviembre
El Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC), el proceso de nominación y los candidatos independientes.
Informe, noviembre 2022
El pasado 18 de este mes culminó el proceso de nominación de candidatos a las elecciones municipales 2022, cuya votación se realizará el próximo domingo 27 de noviembre.
Su contexto es el de una doble explosión ciudadana contra el liderazgo agotado del gobierno y del partido comunista cubanos, públicamente erosionado desde julio de 2021 y que se ha venido expresando, en cada oportunidad propicia, a través de los dos mecanismos cívicos por excelencia para la ciudadanía: protestas legítimas en el espacio público y rechazo mayoritario en las urnas a las propuestas del régimen, como se evidenció en el referendo sobre el Código de las Familias del pasado 25 de septiembre. Que somos ya mayorías quienes queremos cambios democráticos está respaldado por las mismas cifras oficiales.
En este contexto de cambios profundos en la sociedad, que revelan la creciente conversión del pueblo en ciudadanía y el continuo debilitamiento de la hegemonía política e ideológica del régimen, el gobierno convocó el pasado 6 de septiembre a estas elecciones municipales; violentando importantes formalidades legales que siguen deteriorando, por su lado, la consistencia de los vínculos institucionales en Cuba. Sobre todo, de aquellos que deberían conectar a las y los ciudadanos con el Estado.
La convocatoria se hizo violando la Constitución y la propia Ley Electoral vigentes. En ambas se establece un único proceso electoral cada cinco años para las Asambleas Municipales y para la Asamblea Nacional. Pero esta vez se separan más, con una Ley Electoral que suprime la votación popular en el nivel provincial, la soberanía ciudadana y las estructuras del Estado.
Al mismo tiempo, con esta convocatoria no se respetó tampoco el artículo 3 de la Ley Electoral, donde queda claro que debe llamarse a este proceso con no menos de 90 días de antelación a la fecha fijada para la votación. En esta ocasión la convocatoria se hizo el 6 de septiembre, oscurecida en medio del proceso de Referendo del Código de las Familias, que terminó el 25 de ese mes; se convocan luego las Asambleas de Nominación tan tarde como el 21 de octubre y hasta el 18 de noviembre ―menos de un mes― para realizar entonces la votación con solo una semana de diferencia. Precisamente en el nivel de base, en el que más deberían respetarse los tiempos porque se entiende involucra a los electores y a miles de representantes potenciales dentro del único mecanismo de representación directa que se supone y se presume en Cuba.
Es evidente que esta precipitación electoral, con su correspondiente propaganda, prohibida también por ley, intenta llenar y cubrir mediante las formalidades técnicas, a todas luces violentadas en un proceso que se vende como democrático, la pérdida indetenible de legitimación que viene afrontando el sistema político cubano. Lo que ha quedado bien expuesto con la última de las violaciones que creemos importante señalar en este informe.
La mayoría de las Asambleas de Nominación de las que hemos tenido noticias a través de los organismos independientes de observación electoral cubanos debieron invalidarse según el artículo 90.2 de la Ley electoral. Casi ninguno contó con la presencia masiva de electores que el artículo prescribe y que dieran legitimidad a los candidatos nominados.
Es en este contexto, y afrontando tanto las violaciones institucionales como las violaciones a la ley, en el que el CTDC presentó siete candidatos independientes a las elecciones municipales de noviembre 2022, siguiendo interesantes precedentes históricos.
Ello con seis propósitos fundamentales: conectar las alternativas cívicas y políticas con la ciudadanía en sus demandas básicas; invertir la relación entre la representación y las autoridades, buscando que aquellos sean la voz de los ciudadanos y no del gobierno; dar expresión plural al nuevo tipo de intereses y demandas de un amplio segmento electoral que no encuentran sus voces en los representantes y funcionarios oficiales; normalizar desde abajo la competencia política; crear nuevas representaciones cívicas legitimadas por el electorado y construir democracia desde abajo tanto en las comunidades como a través de los resortes legales y constitucionales que facilitan la acción ciudadana.
En el progresivo vacío de representación del gobierno, el CTDC cree que la transición pacífica hacia la democracia, que es un proceso, pasa primordialmente por ofrecer una nueva alternativa de representación de intereses, demandas y propuestas a y desde las y los ciudadanos.
La estrategia que seguimos respondía a dos criterios: favorecer la presentación de candidatos en lugares con un arraigado sentido de comunidad y estimular el empoderamiento político independiente de las mujeres.
Las y los candidatos independientes que se presentaron, y que asumieron la Carta Ciudadana, con cinco propuestas elaboradas por ciudadanos y promovida por la plataforma DFrente, fueron:
Palma Soriano, Santiago de Cuba
1- Elsa Litsy Isaac Reyes (Impedida de presentarse por interferencia de la policía política)
2- Esquizander Benítez Moya (se presentó, pero no fue nominada)
3- Onelis Carderin Alvarado (se presentó, pero no fue nominada)
4- Daliannes Labrada Arias (se presentó, pero no fue nominada)
5- José Antonio Cabrera Parada (Nominado por la circunscripción 55 de Palma Soriano)
Ciudad de Holguín, Holguín
1- Zuleyids Pérez Velázquez (Impedida de presentarse por interferencia de la policía política)
Guanabo, Habana del Este, La Habana
2- María Elena Mir Marrero (No hubo notificación ni anuncio público sobre el día de su Asamblea de Nominación).
Cuatro de estas siete candidaturas merecen destacarse. Son las de Elsa Litsy Isaac Reyes, Zuleyids Pérez Velázquez, María Elena Mir Marrero y José Antonio Cabrera Parada. A las tres primeras se les imposibilitó la participación porque tenían serías oportunidades de resultar nominadas y electas por sus respectivas circunscripciones. El poder autocrático, que no nace de la elección popular, no tiene el valor de correr el riesgo de las elecciones.
Ante la ausencia de Elsa Litsy en su área de nominación, los vecinos se negaron a nominar a cualquier otra persona para las elecciones. Fueron las autoridades allí las que intervinieron en el proceso y nominaron a otra persona sin el aval de los electores. En el caso de Zuleydis Pérez, más de 100 electores, de cerca de 300 presentes, abandonaron la Asamblea cuando se percataron de que su casa estaba sitiada por la policía. En su circunscripción, por cierto, las personas nominadas no cuentan con la legitimidad electoral para representar a su comunidad. Solo estuvieron presentes alrededor de 200 de más de 1000 electores registrados en el padrón electoral. Similar situación ocurrió con María Elena Mir. Solo 16, de más de 300 electores registrados, avalaron la “nominación” de la candidatura oficial.
La cuarta candidatura independiente, que sí resultó nominada, fue la de José Antonio Cabrera Parada, de Palma Soriano. Un éxito similar al de aquellos candidatos independientes nominados en 2015, que demuestra la apertura ciudadana a la representación plural.
Habíamos mantenido la discreción pública de la nominación de Cabrera Parada para observar cuál podría ser el tratamiento específico en su caso. Cabrera Parada es un joven humilde de 30 años, negro, casado, panadero, sin hijos, y muy querido y respetado por su comunidad. Ya ha sido visitado por la policía política, aunque aún no tenemos todos los detalles de la visita. Sí sabemos que, violando de nuevo lo que establece la ley, su biografía no había sido publicada hasta el momento en que redactábamos este informe. Asumimos que otros vecinos de su comunidad están siendo también visitados con el fin de desalentarlos para que no voten por él.
Cualquiera sea el resultado de la votación en el caso de Cabrera Parada, estas cuatro candidaturas independientes inician su camino como Representantes Cívicos en su comunidad: la nueva figura con la que el CTDC profundiza su labor de trabajo local y democratización desde la ciudadanía.
Representantes Cívicos son quienes, con vocación, voluntad y capacidad de representación electoral, respetuosos del pluralismo, y que cuentan con apoyos verificables y contrastados en sus circunscripciones, estén dispuestos a servir de voz a sus comunidades, a trabajar con ellas en propuestas horizontales y activar acciones ciudadanas legítimas, pacíficas, tanto cívicas como legales e institucionales.
La represión sobre las candidaturas independientes, políticamente obvia, es el acicate más poderoso para la búsqueda incesante de la representación ciudadana. Es una forma de legitimación negativa que confirma el apoyo real con el que contarían las y los candidatos independientes en la sociedad si el gobierno respetara mínimamente sus reglas de cancha inclinada, que por sí mismas no son ni equitativas ni justas.
La trayectoria de esta represión corre paralela a la pérdida acelerada de capacidad representativa y de legitimación de parte del gobierno cubano. En términos políticos, esta es una oportunidad magnífica para convertir las votaciones en una elección por la pluralidad cívica y política.
Por eso, para estas votaciones, el CTDC promueve dos lemas positivos:
“Este 27 de noviembre, #YoVotoPlural”
“Sin pluralismo, #YoMeAbstengo”.
Consejo para la Transición Democrática en Cuba
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