Cuba está agotada, lo cual demanda detener la crisis a toda costa y revertir ese derroche de odio pre-político que actualmente destroza la nación e impide la existencia de una república que funcione como tal. Es la hora de establecer la paz y la libertad
EDITORIAL
La nación cubana padece una crisis riesgosa que incrementa la pobreza, la desesperanza y la polarización, producto de una parálisis política que impone el Estado. No habrá solución sin desarrollo de los Derechos Humanos, ni con ausencia de distensión y concertación cívicas.
Ello exige:
– Acciones urgentes hacia un Estado de Derecho que garantice la inclusión política, social y económica, el disfrute por todos de los mismos derechos y oportunidades, una sociedad democrática plural, la promoción del bienestar para todos los cubanos y una gobernanza efectiva de las autoridades.
– Organizar un frente de concertación comprometido con valores que permitan dirimir democráticamente los desacuerdos, colocar al país en condiciones de afrontar los peligros nacionales y devolver la República a la gestión plural de los ciudadanos.
– Negociación entre exponentes del tejido social y político ciudadano y el Gobierno establecido en Cuba. A la vez precisamos que toda negociación debe orientarse hacia el desarrollo de la libertad y los Derechos Humanos, la democracia y el imperio de la ley, el bienestar y la paz. Estos principios han de ser innegociables.
– Apoyo internacional. Los cubanos necesitamos del apoyo y cooperación de las democracias del mundo.
Una agenda de concertación, comprometida con los valores de la libertad y la democracia, sólo podrá iniciar con una gestión favorable a:
– La libertad de los presos políticos; el cese de la represión y hostigamiento contra periodistas independientes, organizaciones y personas que se oponen al Gobierno o a sus políticas; y la restitución de los derechos a los cubanos residentes en el extranjero y de cualquier persona desterrada o regulada a manera de represión política.
– La ratificación de los pactos y protocolos facultativos de Derechos Civiles y Políticos, Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas; la firma y ratificación del resto de los tratados de Derechos Humanos; y la garantía efectiva de las libertades de acceso a la información, expresión, reunión, manifestación, creación, prensa, asociación civil y política, sindicalización y empresa.
– La aprobación de una Ley electoral provisional que ampare la nominación democrática y la elección libre para ocupar los cargos de autoridad política de la República, municipios y provincias ⸺ en vigor para el próximo término electoral.
– La convocatoria a una reforma constitucional que resuelva las carencias, contradicciones e impedimentos de la Constitución de 2019.
– El establecimiento de un proceso de Reconciliación Nacional, basado en la necesidad de paz, justicia y transparencia.
Cuba está agotada, lo cual demanda detener la crisis a toda costa y revertir ese derroche de odio pre-político que actualmente destroza la nación e impide la existencia de una república que funcione como tal. Es la hora de establecer la paz y la libertad.
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