La democracia en Cuba no la vamos a construir con el gansterismo mediático, que en definitiva, es la imagen distorsionada que quiere transmitirse de la oposición. Los agentes, siguiendo la definición que da Camila, aquellos que reproducen las líneas de la dictadura, pues parece que los “agentes” no son otros que ustedes mismos.
Seis décadas después, el totalitarismo continúa poniendo las reglas del juego. Hace unos días, Humberto López intentó difamar a una periodista independiente usando el más vil de los métodos: la mentira —publicando información sobre ella fuera de contexto. Hoy, esa periodista hace exactamente lo mismo conmigo.
A Humberto le bastaría señalarme como “agente del imperio, un mercenario”, y listo; culpable de todos los cargos. Lo siguiente que haría, para completar su calumnia, es mezclar mi nombre al de otras personas: activistas, personal de la embajada estadounidense. ¿Contexto? No hace falta. Mi culpabilidad quedaba demostrada. Mi asesinato civil había sido ejecutado.
Pero no, aunque el formato era exactamente el mismo, no venía de Humberto López, sino del decano del periodismo independiente ¡CubaNet! Respeto mucho el trabajo y a los periodistas que han contribuido a través de décadas al medio, principalmente bajo el liderazgo de Hugo Landa, quien tengo entendido ha dejado de ocupar una posición ejecutiva en el mismo, si bien continúa listado como presidente.
Aunque nada puede recomponer el daño ya causado, agradezco este derecho a réplica. Pero, vayamos por partes:
Este lunes comencé mi semana con la lectura de un artículo sobre mi persona que publicó en CubaNet la periodista Camila Acosta, y que constituye una difamación. El titular de este artículo, como calco al estilo humbertense, me señalaba como “Agente de Influencia”, un término que, aparentemente, solo existe entre ex agentes del aparato cubano y que, según las definiciones ofrecidas por el artículo, pudiera ser cualquiera que al autor del texto desee.
Compruébenlo ustedes mismos: Cito las palabras de Juan Antonio Blanco Gil, utilizadas en el texto de CubaNet y refiriéndose a los “agentes de opinión”: “No necesariamente pertenecen orgánicamente a la Seguridad del Estado cubana; son también aquellos que difunden sus líneas de desinformación de manera natural por compartir ideologías, objetivos, intereses o negocios con el poder en la Isla; en ocasiones se presentan como opositores o disidentes pero, con su accionar, tributan objetivamente a la dictadura cubana; sus intereses pueden ser de tipo político-ideológicos y/o económicos”.
Hagamos un resumen, según el artículo publicado en CubaNet, tener “ideas” (ideología) es lo mismo que ser un “agente”. No nos olvidemos que un agente es aquel que actúa a nombre de la entidad bajo la cual opera, en este caso la dictadura cubana. El artículo es, por lo tanto, un ejercicio de criminalización de las ideas, lo cual es un atentado directo al ejercicio de la libertad de expresión.
Es también un juicio mediático ejercido contra mi persona. No por gusto la palabra “agente”, está en la frase “agente de opinión”. Es un término claramente estigmatizante y este es su único objetivo. El texto no puede demostrar su premisa. ¿Dónde está la evidencia de mi condición de agente? Es, por lo tanto, un texto de “odio” contra mi persona y responsabilizo a CubaNet de cualesquiera que sean las consecuencias de esto en la comunidad de Miami.
Siguiendo la lógica de la publicación y usando la prensa como mediador político, además, si CubaNet está seguro de que yo o cualquier otro ciudadano de los Estados Unidos de América servimos a un gobierno extranjero, el deber le obliga a denunciarme ante el FBI. ¿Tiene CubaNet o Camila Acosta las pruebas para esto?
De no ser así, este artículo es un ejercicio de libelo, difamación y asesinato cívico de un ciudadano estadounidense. Creo que deberían pensar en esto.
Por otro lado, no olvidemos que la difamación no persigue convencer, sino únicamente confundir, por eso la cantidad de información inconexa que se ofrece como para fatigar al lector.
Es curioso que CubaNet, entidad financiada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, entre otras fuentes, obvie el hecho de que quienes le pagan aparecen con frecuencia en 23yFlagler. Es curioso, quienes tengo entendido apoyan financieramente a CubaNet, repito, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, o al menos el gobierno federal; confía, reconoce y usa mi espacio para hacer llegar su mensaje a todos los cubanos.
Estas son participaciones de agentes (estos sí) del Departamento de Estado en mi canal, incluido el embajador en funciones de los EE. UU. en Cuba.
Mi relación con el Departamento de Estado y sus funcionarios también existe en base al apoyo que he brindado a activistas políticos en Cuba en su huida del país y donde he servido de coordinación con el Departamento de Estado. Respeto sus nombres y su decisión de hacerlo público o no.
De un texto de 3.900 palabras aproximadamente, más de 2.000 están dedicadas a caracterizar a personas u organizaciones que no soy yo, o incluso que nunca en mi vida he visto, pero por algún “grado de relación”, me conecto con ellas.
Es absurdo acusar a alguien de agente, un crimen, simplemente porque conozca a esta o aquella persona. Esto es lo que hace Humberto Lopez, en definitiva. En el año 2015, si mal no recuerdo, coincidí con el mismo Juan Antonio Blanco Gil en un evento sobre economía cubana en Miami y conversamos. ¿Quiere esto decir que ahora Juan Antonio está vinculado con GAESA? Absurdo. Si seguimos el esquema “conspiranoico” que provee Camila y sus grados de relación con esta o aquella persona, podemos vincular a cualquiera de nosotros con el asesino de Kennedy.
La autora del texto afirma falsamente que mi activismo data de 2020, cuando desde al menos 2015 ya yo ejercía el activismo político en Estados Unidos. El texto “Creatividad para la política” y otros lo evidencian.
Mi posición ante la administración Biden ha sido la de exigir en primer término la liberación de los presos políticos, algo que en el texto parece ser algo poco relevante. Puede comprobarse en el video “Las medidas de Biden y qué le recomendé”.
Se intenta sugerir que tengo una relación de empresas vinculadas a Cuba, lo cual no es cierto. Las únicas relaciones empresariales que he tenido en Cuba están explicadas aquí, donde se concluye que estas relaciones son inexistentes.
En el texto se sacan palabras mías de contexto sobre el Movimiento San Isidro, pero aquí usted puede comprobar mi apoyo incondicional al movimiento desde sus inicios: “Los recientes acontecimientos relacionados al MSI y nuestro criterio”, “El apoyo al Movimiento San Isidro continúan creciendo”; ¿Qué está pasando con Luis Manuel Otero Alcántara? y “El lenguaje de la oposición”.
Camila afirma que yo mentí sobre una donación que, según ella, el Cuba Study Group hizo a 23yFlagler, pero en el video de mi conversación con ella, se evidencia cuando le explico que la empresa vinculada a 23yFlagler es New Dynamics Group, LLC, una compañía con fines de lucro. Camila misma admite en su texto que la contribución del Cuba Study Group, del año 2021, está dirigida a una compañía diferente, en este caso, Responsible New Media Inc, una compañía sin fines de lucro, cuyos productos comunicativos son diferentes de 23yFlagler, están identificados de manera distinta y persigue proyectos distintos.
Esto se le explicó a ella en el video: “Agentes de Influencia en los EE. UU. Invitada: Camila Acosta”, en el minuto 0:56. También en el video “Guennady Rodríguez en entrevista con CubaNet”, minuto 0:35, yo solamente niego que el Cuba Study Group haya proveído de apoyo económico exclusivamente al trabajo que hago en 23yFlagler. En cualquier caso, sería absurdo que yo tratara de negar contribuciones que son legalmente de dominio público y que fueron hechas bajo esa premisa. En este caso, el texto de CubaNet literalmente miente, aunque vende esto otro como un “gran descubrimiento”.
Por otra parte, si bien el texto tendenciosamente enfatiza en el apoyo que hubiese podido recibir del Cuba Study Group, que independientemente de la opinión que usted tenga sobre su posición con Cuba, está formado por ciudadanos prominentes de esta comunidad; omite también que diariamente mi plataforma recibe públicamente dinero y contribuciones de expresos políticos, opositores y cubanos de todas las latitudes. La mayoría de los participantes en mi plataforma difieren de los puntos de vista del Cuba Study Group y parece que pueden participar, según lo que dice Camila…, a un 0.00001 del precio y con mucha más exposición de tiempo que mis supuestos financiadores.
Todos esos buenos cubanos apoyan mi trabajo a pesar de las diferencias, entendiendo a 23yFlagler como lo que es, una plataforma de todos, un ejercicio de democracia, la misma que pido para Cuba.
¿Dónde está la verificación de hechos de este medio? Me pregunto dónde ha quedado CubaNet, el medio que adoptó los estándares periodísticos como estandarte en contra de la prensa oficial cubana, un medio al que Hugo Landa dedicó su vida y que hoy enfanga un legado de respetabilidad publicando textos difamatorios, estigmatizantes y alejados de la deontología básica de un medio de información.
La democracia en Cuba no la vamos a construir con el gansterismo mediático, que en definitiva, es la imagen distorsionada que quiere transmitirse de la oposición. Los agentes, siguiendo la definición que da Camila, aquellos que reproducen las líneas de la dictadura, pues parece que los “agentes” no son otros que ustedes mismos.
Mi apoyo al periodismo independiente en Cuba es incondicional; así como mi defensa de que Camila Acosta pueda expresar sus criterios sin temor a represalias en la Isla. Espero de CubaNet, en concordancia con su prestigio y papel en la prensa independiente cubana, una disculpa formal y la rectificación del título ofensivo y falaz con el que se me intenta estigmatizar.
En cualquier caso y para los interesados, ofreceré más detalles por mi canal durante estos días.
* Texto publicado con la autorización del autor.
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