La preparación del personal, por otra parte, es clave y va de la mano con lo anterior. La depauperación de la calidad de los egresados, por lógica, impacta en la calidad del personal docente y su preparación. Otros fenómenos, como el éxodo masivo de profesionales y el envejecimiento poblacional, también impactan este indicador. Por un lado, contamos con profesionales acabados de graduar, cada vez con menos preparación, y, por otro lado, con profesionales envejecidos que, a pesar de su preparación, muchas veces se resisten a actualizarse no solo en contenidos sino en nuevas formas de enseñar y en el uso de las TIC.
Respuestas de Yennys Hernández Molina al dossier de Cuba Próxima titulado Miradas al proceso de actualización de la educación superior para una Cuba Democrática, coordinado por Leonardo M- Fernández Otaño, en el que a su vez participan Ulises Padrón Suárez, Sergio Barreiro Sánchez, Teresa Díaz Canals y Daniel Castellón Guillén.
1- ¿En cuánto a la sostenibilidad de la educación superior qué aspectos considera primordiales para gestionar el acceso a una educación pública de calidad e incorporar la enseñanza privada en el país? ¿Qué elementos debe proveer el Estado para garantizar la formación universitaria?
Considero que lo primero sería definir qué entendemos por educación “de calidad”. Según lo que yo entiendo al respecto, eso necesariamente conllevaría una transformación radical de los planes de estudio en todas las especialidades, enfocándolos en las áreas de conocimiento específicas y eliminando varias asignaturas de corte ideológico. Por otra parte, la formación del personal docente es imprescindible. No estoy segura, sin embargo, de contar en el país con el capital humano necesario para llevar a cabo todas las transformaciones que se requieren en este sentido, lo que se debe fundamentalmente al éxodo casi masivo de profesionales competentes. Lo siguiente sería una fuerte inversión en Educación Superior a todos los niveles, desde acceso a la información hasta infraestructura.
2- ¿Cómo reconstruiría Ud. el sistema universitario y los programas de investigación científica teniendo en cuenta la cooperación internacional, la autogestión de las investigaciones y la transparencia institucional?
Ahora mismo los centros de Educación Superior del país dan tímidos pasos hacia la autogestión y la autosostenibilidad financiera. Durante décadas se soslayó la importancia de la vinculación universidad-empresa y de la transferencia de tecnología para el desarrollo del país. Desgraciadamente, muchos de los pasos que se están dando también llevan el sino de la desidia nacional y ese hacer cosas solo para cumplir con un plan o una indicación que tanto ha lastrado el quehacer en cualquier campo durante décadas. Así, las reuniones en las que se acuerdan cooperaciones necesarias quedan solo en el entusiasmo del momento, muchas veces por falta de seguimiento y compromiso. La mayoría de las universidades no cuentan con oficinas para transferencia de tecnología y he sido testigo de valiosas patentes perdidas por este problema o porque la universidad no ha pagado las tarifas anuales de la OPI. Falta, en mi opinión, visión estratégica y voluntad política.
Lo anterior lastra igualmente los planes de investigación, que muchas veces solo cumplen un rol meramente educativo, que en principio no está mal, pero debiera ser más que eso. En este sentido, también habría que crear cierta separación entre docencia e investigación, incluso en carreras de corte eminentemente científico, como las ciencias naturales. Hoy en día, en estas especialidades, las investigaciones son llevadas a cabo por los mismos docentes. En algunos casos, se “libera” de sus funciones docentes para que realice labores de investigación solo si están ligadas a postgrado y si está próximo a realizar la defensa de su tesis.
3- ¿Qué aspectos considera fundamentales para impulsar una interrelación objetiva entre la comunidad universitaria y el sector empresarial?
Como ya dije en la pregunta anterior, visión estratégica y voluntad política. Ambas cosas son necesarias para crear tanto mecanismos regulatorios y oficinas de representación efectivas, como una infraestructura bien planificada dirigida a la producción científica.
El sector empresarial necesariamente sigue unas pautas y unos ritmos en cuanto a Investigación-Desarrollo muy distintos a los de la academia. Por eso es importante, por ejemplo, deslindar de la docencia las investigaciones pactadas con el sector empresarial/productivo. La academia siempre tendrá investigaciones básicas que requieren su propio ritmo, pero las investigaciones aplicadas que se desarrollan para suplir demandas del sector productivo deben seguir otras pautas.
Por otra parte, para que la interrelación academia-empresa funcione exitosamente desde el punto de vista legal, es imprescindible que cada universidad cuente con oficinas de propiedad intelectual y transferencia de tecnología, así como con especialistas que puedan representar sus intereses de manera eficaz.
4- ¿En su criterio qué trasformaciones son necesarias para actualizar la educación de pregrado en su especialidad en Cuba?
Tres aspectos fundamentalmente: la actualización del currículo docente, la preparación del personal y una fuerte inversión en infraestructura mínima. En el caso de la actualización del currículo, se impone una actualización de contenidos y un cambio de paradigmas didácticos, así como una reestructuración de los planes de estudio que sitúen cada especialidad a un nivel competitivo internacionalmente. Aunque también es cierto que la mala preparación con la que llegan los estudiantes debido a las deplorables condiciones de las enseñanzas precedentes dificulta incrementar el nivel de complejidad de los contenidos que se imparten.
La preparación del personal, por otra parte, es clave y va de la mano con lo anterior. La depauperación de la calidad de los egresados, por lógica, impacta en la calidad del personal docente y su preparación. Otros fenómenos, como el éxodo masivo de profesionales y el envejecimiento poblacional, también impactan este indicador. Por un lado, contamos con profesionales acabados de graduar, cada vez con menos preparación, y, por otro lado, con profesionales envejecidos que, a pesar de su preparación, muchas veces se resisten a actualizarse no solo en contenidos sino en nuevas formas de enseñar y en el uso de las TIC.
El problema de la infraestructura es serio. Química, por ejemplo, es una ciencia experimental, los laboratorios son imprescindibles y en la Universidad de Oriente no hay ni campanas de extracción de gases desde 2012. Las carreras que precisan enseñar habilidades prácticas requieren fuertes inversiones en infraestructura. En general, también habría que invertir en acceso a Internet y bases de datos, en acceso a la información.
5- La formación de postgrado ha sido cuestionada debido a la expedición de títulos de doctorados en favor de los altos cargos del Partido Comunista y la expulsión de sus programas de científicos críticos con el sistema político. ¿Qué acciones se deben impulsar para alcanzar los estándares internacionales de calidad académica y garantizar el rigor docente?
En esto, como en todo lo demás, hay que separar la política del sistema académico para poder garantizar una imparcialidad rigurosa en la concesión de grados científicos. Un cambio de sistema político podría ser un buen comienzo, pero no es garantía per se para acabar con el fraude en la concesión de títulos de postgrado. Es un fenómeno muy ligado a la corrupción y no es exclusivo de Cuba. Por eso la adhesión estricta por parte de los miembros de los comités académicos a un código de ética es vital. La autonomía universitaria es otro camino.
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