El Centro de Estudios Cuba Próxima aboga por una «negociación política» orientada a la libertad y los Derechos Humanos, la democracia y el imperio de la ley, el bienestar y la paz. Estos principios han de ser innegociables.
Debemos colocar a Cuba fuera de la crisis profunda que actualmente padece, lo cual demanda iniciar un proceso político de distensión, acuerdo y apertura.
El Centro de Estudios Cuba Próxima aboga por una «negociación política» entre exponentes del tejido social y político ciudadano, de la Isla y la diáspora, y el Gobierno de Cuba, orientada a la libertad y los Derechos Humanos, la democracia y el imperio de la ley, el bienestar y la paz. Ratifica, además, que estos principios han de ser innegociables.
Pero esto será imposible si el Gobierno persiste en que lo ideológico subordine a lo político, pues la actual encrucijada económica, social y política demanda voluntades libres de condicionamientos. Asimismo, para que ello suceda el Gobierno tendría que aceptar y oficializar el inicio de un proceso de ese tipo.
A este respecto, Cuba Próxima promoverá gestiones encaminadas a la creación de un Grupo Facilitador de esa eventual «negociación política», integrado por cubanos exponentes del tejido social y político ciudadano, de la Isla y la diáspora, y acompañado por destacados actores internacionales, imparciales y con experiencia en procesos de este tipo, que actuarían en calidad de facilitadores, observadores y garantes.
Esto con la intención de consensuar y proponer la siguiente agenda para tal «negociación política»:
1- Incorporar la distención política y favorecer una amnistía reciproca que sea general y plena, excepto para quienes hayan cometido crímenes desde cualquiera de las partes en conflicto.
2- Garantizar los Derechos Humanos y, de este modo, liberar los presos políticos y los derechos de expresión, acceso a la información y prensa, movimiento, reunión, manifestación y asociación, incluyendo los derechos políticos.
3- Establecer una legislación empresarial y comercial capaz de instaurar un modelo económico eficaz, y facilitar el acceso de Cuba a finanzas, tecnología y mercado.
4- Establecer una Ley Electoral Provisional que dé acceso a una ciudadanía plural a las instituciones públicas de representación; e incorpore un referendo que autorice a los diputados electos para que realicen una Reforma General Provisional de la Constitución de 2019 y, con esas nuevas garantías, enrumben al país hacia un proceso constituyente originario.
5- Realizar elecciones libres según la Ley Electoral Provisional, de conjunto con el referendo que autorice la Reforma General Provisional de la Constitución de 2019.
También sugiere Cuba Próxima que quienes resulten electos según esta Ley Electoral Provisional ejerzan sólo durante tres años, comprometidos con la agenda siguiente:
1- Ejecutar la Reforma General Provisional de la Constitución de 2019.
2- Aprobar leyes de necesidad inmediata, relacionadas con los Derechos Humanos y el desarrollo socioeconómico.
3- Establecer condiciones sociales, económicas y políticas que aporten a la estabilidad y el desarrollo.
4- Aprobar una Ley que regule el proceso constituyente, elección y toma de posesión de la Asamblea Constituyente.
5- Aprobar una Ley de tránsito constitucional que establezca el modo de institucionalizar la nueva Constitución y la realización de elecciones generales.
El Centro de Estudios Cuba Próxima, asimismo, ratifica que participaría en este proceso comprometido con su Propuesta para refundar la República titulada La Cuba que queremos.
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Compartimos a nuestros lectores el documento íntegro para su descarga en formato PDF.
Para instaurar en Cuba el imperio de la ley, el bienestar y la concordia
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Excelente punto de partida.
VL: Quienes serían los actores internacionales?
Canadá? Brasil? México? Francia? Colombia? Noruega?, Creo que este punto sería importante sobre todo porque se necesitaría una verdadera imparcialidad.
Quiero empezar diciendo que, en principio, no soy contrario a la negociación o al diálogo con quienes gobiernan; siempre y cuando, esa negociación este regida por principios de transparencia (transmitida en vivo a la ciudadanía o que un resumen diario de las mismas, por ambas partes, se haga público) y sin límites en los temas a tratar. No soy contrario a la negociación porque pienso que solo, los claramente vencedores, pueden imponer condiciones a sus contrarios; y en este momento ninguna de las partes lo es. Para resolver el conflicto, en el punto en que estamos a día de hoy, no quedaría otra opción que negociar.
Una vez dicho esto, no veo la mas mínima intención por parte del gobierno cubano a negociar su permanencia en el poder. Creo que hoy se ven en una situación apretadísima, pero menos que en 2021. Han logrado quitarse algo de presión de encima, aún a costa de una pérdida de capital humano que es catastrófica para el futuro de la nación y que cambia el rostro de la misma para siempre. Lo único que podría llevarlos a la mesa de negociación es una presión sostenida, de al menos semanas, en las calles y la resultante presión internacional; pero con cada cubano que se marcha a diario y el temor de los que quedan a una cierta represión feroz, esa posibilidad se hace mas difícil. Aún antes del éxodo masivo, los manifestantes solo pudieron sostener las protestas por un par de días. Solo la paralización o la disminución considerable de la capacidad de respuesta del régimen, podrían lograr que las protestas se alarguen lo suficiente como para verse obligados a negociar.
La actitud de esta clase gobernante durante décadas, me lleva a concluir que la permanencia en el poder es su único objetivo y que solo lo abandonarán si son derrotados y es solo en ese momento que intentarán negociar. Lo que hace mucho tiempo me resulta inexplicable, es que ambas partes (gobierno y oposición), están a un solo paso decisivo de lograr sus objetivos y ninguno de los dos se atreve a darlo. En el caso del gobierno por tozudez y cobardía, en el caso de los que nos oponemos por miopía. Estamos parados delante del burro, nos han quitado la venda y tenemos el rabo en la mano sin saber que hacer con él.
Yo estaría de acuerdo, siempre y cuando el desgobierno ponga por delante su renuncia. Ello no debería impedir que rindan cuentas por la represión y la destrucción física y moral de la nación. No vislumbro un representante del desgobierno, capaz de asumir dicha negociación. Creo que habrá que proponer varias personalidades de la sociedad civil cubana, por ejemplo un triunvirato o una pentarquía, donde hallen representación figuras destacadas en la lucha contra la tiranía dentro y fuera del territorio del archipiélago. Esto se puede someter a referendo y aprobación de toda la población. No permitiría que el desgobierno marque pautas. Creo que está derrotado e
inhabilitado para ello. No es una negociación entre iguales.
Especial cuidado habrá que tener en la participación de observadores internacionales, dado el largo trabajo de los órganos de inteligencia castro canelistas en la penetración ideológica de personas y gobiernos que hoy le resultan afines.
Renė Gómez Manzano y Dagoberto Valdés Hernández son mis sugerencias en cuanto a personas. Una representación de la iglesia CUBANA y otra de los militares objetores de conciencia son para mí garantía en dicha negociación.
Cuba Próxima está, a mí juicio, perfectamente capacitada para ejercer de núcleo aglutinador en esta negociación.
S
S
Me parece una excelente propuesta. Pero creo que la negociación no es exactamente entre iguales. El desgobierno cubano está inhabilitado moral y realmente para poner condiciones. Estâ derrotado moralmente y se mantiene por la fuerza. No veo quién podría representarlo. Sí veo con claridad la presencia mediadora de la Iglesia CUBANA y del grupo de militares objetores de conciencia.
S