A partir de tópicos medulares acerca de la reconciliación entre cubanos o la disposición positiva para la convivencia, opina Abdel Legrá, activista político opositor.
1) ¿Qué opina acerca de la multiplicidad de opiniones sobre el futuro constitucional cubano y el desarrollo de la democracia en la Isla?
A partir del día CERO (utilizo este término como modismo de estos tiempos), respecto al posible cambio de sistema político, económico y social imperante en nuestro país hace ya seis décadas, puedo decir que sí, que es cierta, esa multivariedad de opiniones acerca del futuro constitucional.
Desde los que apoyan una nueva construcción social, desde la actual Constitución del 2019, eliminando de ella ciertos artículos que la atan al sistema socialista; como quienes defienden la necesidad de ir a una constituyente nueva que trabaje en una actual y más democrática Constitución; y otro grupo de personas que, en menor medida, ven la Constitución de 1901 como más acertada a nuestras condiciones por su semejanza con la del vecino del norte (por su puesto eliminado todo lo concerniente a la ocupación de nuestro territorio). Pero también hay una fuerte y mayor tendencia que desea el regreso a la Constitución de 1940.
Opiné sobre ello en un anteproyecto “La Nación es lo Primero”. Este documento me ha servido como medio para dar a conocer mi manera de pensar la sociedad cubana toda, así como la sociedad civil independiente (oposición) y la Asamblea Nacional del Poder Popular. Además, sobre las garantías que debemos disfrutar ante los órganos de gobierno y sus departamentos de inteligencia, creo y defiendo.
Soy de los que considera necesario retomar esa vilipendiada, ultrajada y casi olvidada Constitución de 1940.
2) ¿Usted ha solicitado el restablecimiento de la constitución de 1940 por un periodo de cinco años?
Decía José Martí que “una Constitución es una Ley viva y practica que no pude constituirse con elementos ideológicos”(carta de Nueva York, 1894). En tal sentido la restitución transitoria, durante cinco años, de la Constitución de 1940 podría tener los siguientes Objetivos:
a) Crear el marco Democrático e Institucional, así como el Estado de Derecho, capaz de permitir la instauración e inscripción de partidos o tendencias políticas en el período de un año (Ley de Asociación). Asegurar que estos puedan elaborar su plataforma programática.
b) Que cada partido o tendencia política seleccione sus delegados y sus propuestas a una Asamblea Constituyente durante el periodo de dos años.
c) Que durante los restantes dos años se elabore, de acuerdo con los estudios y acuerdos emanados de la Asamblea Constituyente, una nueva Constitución de la República de CUBA, o sea reafirmada la Constitución 1940 ahora actualizada. Definir, además, todo el paquete de leyes acompañantes que deben hacerla viable y consecuente con nuestra realidad.
d) Que la Constitución sea aprobada por voto directo y secreto del pueblo en las urnas bajo inspección y escrutinio de observadores internacionales.
3) ¿Por qué la Constitución de 1940 podría facilitarlo?
La Constitución de 1940 podría facilitar este proceso ya que ella resulta una Constitución Originaria, por estar considerada por muchos patriotas como La Rosa Blanca de nuestro Apóstol.
Además, ella fue una obra que recogió el ideario de nuestra patria y en su confección confluyeron talentos nacionales. Le elaboraron 77delegados que representaban partidos o tendencias políticas de la nación. Ellos recogieron el criterio de unidad y democracia de nuestras gestas libertadoras.
Dicha Carta Magna constituye todavía un programa por cumplir. La misma padeció manipulación de los gobiernos durante los siguientes doce años. Resultó frustrada posteriormente por el golpe de estado militar de Fulgencio Batista, por siete años. Luego la Revolución de 1959, que enarbolaba la necesidad de reivindicarla, abandonó este empeño, al sustituirla primero por la Ley Fundamental de Febrero de 1959, vigente durante diecisiete años y después por la Constitución Socialista de 1976. Todo ello sin que el soberano asistiera a un proceso realmente constitucionalista.
Esto permite que esta Ley de leyes sostenga un espacio nacional propicio para que los cubanos de la isla y la diáspora puedan participar de forma equitativa y justa, sin condicionamientos ideológicos, en la reformulación de la misma o en nueva Constitución que rija los destinos de la nación de “Con Todos y para el Bien de Todos”.
De este modo, podríamos trascender los déficits que imponen los sin partidos y los fundamentalistas de ambos lados. Todos conocemos el alto grado de polaridad existente hoy día en la sociedad cubana de dentro y fuera de la Isla.
4) ¿Ello aportaría al desarrollo de una especie de “ciudadano constitucional”?
Casi 80 años de inconstitucionalidad democrática, ha creado un ciudadano falto de criterio cívico y democrático, tanto dentro como fuera. Solo hay que observar las redes sociales y los medios de comunicación estatales para comprobar que muchos compatriotas, aun residente en tierras de libertad y democracia, acuden a los mismos actos de repudio, ofensas y agresiones, como mismo que los grupos de respuesta rápida de dentro de la Isla.
El no dialogo gubernamental, en la medida que ha pasado el tiempo, agudiza el enfrentamiento de una y otra parte. Ello no es casual sino causal, pues el gobierno trabaja muy bien el enfrentamiento, la división y la criminalización de las voces de cambio. El poder concibe dialogo como una derrota; jamás como un marco más propicio. En carta dirigida a Raúl Castro el 23 de agosto del 2017, le expongo lo siguiente:
“Sr. Raúl Castro, el asunto está, en que no necesariamente tengamos que estar de acuerdo o no, con los proyectos de cada cual, lo importante y primordial es que todos tengan el mismo derecho de defenderlos y tener las vías para realizarlos en igualdad de condiciones. No es derecho de nadie descalificar tal o mas cual proyecto, porque le guste o no, los seres humanos nacemos libres y con el derecho individual hasta de equivocarse en la vida, lo que si no es permitido es que se le suprima a alguien, su derecho a defender su derecho, por errado que sea, nadie tiene la verdad absoluta, la verdad podemos construirla entre todos, y la posición de intransigencia que ustedes muestran, solo derivan respuestas anarquistas y violentas.
Sr, Raúl Castro, le reitero una vez más, usted y el legado que quieren perpetuar en el tiempo, están a tiempo de rectificarlo de forma solemne sin claudicar en sus principios y pensar por la Nación, después de que su generación no este. Solo la fuerza podrá imponer en ese futuro no muy lejano, al no estar la Nación en condiciones de encausar a los sin partidos, que fuerzas poderosas foráneas, encuentren caldo de cultivo, en ese hombre nuevo que trataron de fabricar pero que no pudo ser.
¿Quién saldrá a apaciguar a las masas, de haber un estallido como el del 94? Están lanzando al país a situaciones anárquicas, si ustedes en vida, no pudieron resolver ni la situación económica, eslabón fundamental, de todo proceso social, que quedará, para sus sucesores que solo asienten y esperan ordenes y no cuentan ni con el carisma ni la aceptación popular legitima y mucho menos con la capacidad de construir una nación de todos y por el bien de todos.”
Por ello regresar a la Constitución de 1940, aunque sea por un tiempo breve, si lo determina el soberano, no sería un absurdo, sino la mejor contribución al establecimiento de ese ciudadano constitucional que demanda la Nación, la República. Primero, porque es una deuda con nuestra constitucionalidad. Segundo, ya que no hay tiempo político para elaborar otra con la inmediatez, calidad y legitimidad que demandan las circunstancias.
Tercero, puesto que dejar la actual Ley madre, aunque se le privé de los artículos no convenientes, seguramente sería echar gasolina en una hoguera que agudizará los viejos y nuevos fundamentalismos.
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