Un desafío fundamental es lograr gestionar al interior de la sociedad civil independiente, de la emigración y entre ambas, los acuerdos mínimos posibles, que deben acompañarse de lucha cívica y empoderamiento
Por Ivette García González
La sociedad transcurre inevitablemente a través de múltiples consensos,[i] somos seres racionales y vivimos en permanente negociación para la convivencia. En el ámbito político suponen capacidad para lograr acuerdos entre distintos actores sociales e intereses, sin unilateralismo ni uso de la fuerza o la coacción. Son necesarios para gestionar demandas y cambios que requiere la sociedad.
Cuba está viviendo un conflicto nacional que trasciende sus fronteras por el peso y el activismo político de su diáspora. El agotamiento del modelo y la fractura del pacto social derivado de la Revolución ―que fue erosionándose desde fines de los ochenta― llegó a un punto crítico. Precisamos transitar a la democracia pacíficamente y edificar un nuevo proyecto de país.[ii] Para eso debemos construir consensos.
Se trata de un proceso que implica diálogo y negociación, escuchar, ser escuchado y ceder en aquello no fundamental que pueda bloquear el proceso. Supone también examinar: contexto; pluralidad de la sociedad; cambios generacionales; contradicciones; posturas en cuanto al qué se busca y cómo. También estar dispuestos a encarar riesgos, no verlo como simple unanimidad acrítica, sino como oportunidad ―desde el respeto al pluralismo― para procurar una gradual convergencia de ciertos puntos compartidos que siempre existen. En situaciones muy complejas para transiciones, por ejemplo, es posible pactar previamente variantes de consenso[iii] activo, pasivo, general, suficiente, cualificado.
El contexto para lograrlo hoy en Cuba es complejo; también para articular acuerdos. Prevalecen la profunda crisis económica y de gobernabilidad, ausencia de mínimos democráticos, ejercicio de la política mediante la coerción, emigración y destierro de fuerzas vivas de la nación y un ambiente tóxico derivado del conflicto y el extremismo político. Pero a la vez el disenso se amplía y profundiza, incluyendo el corrimiento de posturas reformistas a rupturistas desde diversas corrientes de pensamiento, incluso dentro de las bases sociales del Partido/Gobierno/Estado.
I
En un texto[iv] anterior sugerí el diálogo nacional como mecanismo de concertación política para la transición en Cuba. Las condiciones no lo favorecen a corto plazo, no solo por la intolerancia del Gobierno, sino por la desventaja de las contrapartes ―en la Isla y en la emigración―, como resultado de las profundas y longevas relaciones asimétricas de poder y el radicalismo que en ambos extremos no admite dicha fórmula.
Un desafío fundamental es lograr gestionar al interior de la sociedad civil independiente, de la emigración y entre ambas, los acuerdos mínimos posibles, que deben acompañarse de lucha cívica y empoderamiento, así como de la articulación de alianzas, de modo que puedan modificar en lo posible el desbalance actual y generar suficiente impulso político nacional e internacional como para que el Gobierno necesite también la negociación en esa escala.
A pesar de la existencia de un régimen postotalitario, los cambios que han alterado su diseño original desde los noventa no han sido dádivas del poder, sino resultado de la puja derivada de consensos en la sociedad civil. El conflicto de fondo no se ha resuelto porque nunca se llegó a la raíz.
Hoy se han ampliado las áreas de disenso desde diversos sectores, y los cambios en la dinámica política son acelerados. Contrástese el tratamiento del tema «consensos» en el panel[v] de la revista Temas (septiembre de 2019) con la realidad y publicaciones posteriores al estallido social del año pasado: el dosier[vi] de Alma Mater y su contraparte[vii] en El Toque, así como textos de La Joven Cuba[viii] y Cuba Próxima,[ix] por ejemplo.
II
En los sectores que comparten una postura rupturista existen numerosos tópicos convergentes, entre ellos: alcance de la apertura económica; primacía de los factores internos en las causas y soluciones del conflicto; autonomía de la esfera pública, libertad de prensa; separación de poderes, reconocimiento de los emigrados como parte de la nación, pluralismo político; naturalización del disenso; fin de la represión, restitución de injusticias, derechos humanos, democracia y sanación de la sociedad. No obstante, prevalecen la dispersión, las dificultades para llegar a acuerdos y lograr un proyecto contrahegemónico articulado.
El gobierno también las tiene, y graves, no solo en la zona de silencio ciudadano, sino dentro de sus propias bases. Gobierna una ciudadanía más demandante y agotada en medio de una grave crisis; acumuló pronto fracasos económicos y el alto costo de medidas impopulares; no ha podido construir sus propios consensos ni resolver la inoperancia de los mecanismos de participación ciudadana; enfrenta el mayor deterioro del nivel de confianza de las personas en el poder y gobierna en base a la coerción y ciertos falsos consensos.
No obstante las limitaciones, diferencias y crispación política, así como el reflujo que se percibe en el activismo cívico, la sociedad cubana tiene ventajas que podrían favorecer la articulación gradual de los consensos para el cambio, entre ellas alto nivel de instrucción; importantes valores compartidos; confluencia de varias generaciones; energía que dejó el 11-J a su favor; emergencia de nuevas iniciativas desde la sociedad civil; activismo de la emigración y el soporte que ―aun con las violaciones por el propio Gobierno y su blindaje jurídico posterior― todavía representan varios principios y derechos plasmados en la Constitución.
III
Estamos en un punto de no retorno. Necesitamos encarar la magnitud del conflicto y demandar un ambiente menos tóxico, represivo y polarizado para socializar las diferencias y puntos de vista. Ciertas ideas importantes cuentan con un consenso más general: 1) El conflicto es nacional, debe ser resuelto por los cubanos sin injerencia extranjera y apegados a la soberanía popular; 2) el modelo de sociedad se agotó y los intentos de reformas derivaron en mayor inequidad social, pobreza y represión; 3) necesitamos un país democrático y soberano que garantice bienestar ciudadano y 4) tales aspiraciones deben lograrse por vía pacífica.
Los retos para articular consensos e impulsar la transición en Cuba son enormes, pero no infranqueables. Las conquistas democráticas no se logran sin lucha. Se precisan espacios de debate abiertos, dentro y fuera de los marcos oficiales, donde las diferentes corrientes de pensamiento y proyectos de país puedan socializarse; restituir injusticias como las restricciones a la libertad de miles de personas por ejercer derechos cívicos, sobre todo los presos políticos; lograr que se reconozca, o en todo caso se mantenga a toda costa la prensa independiente; fomentar una cultura dialógica, cívica, política y democrática en la enseñanza ―donde sea posible― y en otros ámbitos de la esfera pública, y articular alianzas desde la sociedad civil dentro de Cuba, en la emigración y entre ambas.
El problema actual de Cuba no es de izquierda o derecha, socialismo o capitalismo, el disenso cubre un amplio abanico. Es de democracia como principio rector en todos los ámbitos de la sociedad, de Estado de Derecho, respeto a los Derechos Humanos y salvación de la nación cuyo centro y fin deben ser los ciudadanos.
Los consensos son necesarios y posibles, somos un pueblo transnacional que comparte valores sagrados como el patriotismo. Pero la patria, como dijera José Martí, «es dicha, dolor y cielo de todos y no feudo ni capellanía de nadie», y el patriotismo, en su nivel más alto, no es ―de acuerdo con el historiador y político estadounidense George McGovern― «una aceptación ciega de la política oficial, sino un amor profundo por la patria lo suficiente como para llamarla a un plano superior».
Referencias
[i] http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1692-88572014000200002; https://concepto.de/consenso/; https://www.definicionabc.com/general/consenso.php.
[ii] https://jovencuba.com/?s=proyecto+de+pa%C3%ADs
[iii] https://www.ahoranostocaparticipar.cl/wp-content/uploads/2021/12/BF_National_Dialogue_Handbook_ES.pdf [iv] https://jovencuba.com/?s=el+dialogo+nacional+y+el+escenario+actual
[v] http://temas.cult.cu/articulos-academicos/cultura-y-anatomia-del-consenso/ [vi]https://medium.com/revista-alma-mater/desaf%C3%ADos-del-consenso-econom%C3%ADa-d172eeda555a; https://medium.com/revista-alma-mater/desaf%C3%ADos-del-consenso-pol%C3%ADtica-812e6493746c
[vii] https://eltoque.com/desafiando-el-consenso
[viii] https://jovencuba.com/ [ix] https://www.cubaproxima.org/temas
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