La Patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos. José Martí

La Patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos. José Martí


El triángulo de la sostenibilidad socioeconómica: Diálogo social como pilar de derechos y bienestar

Este "triángulo de la sostenibilidad socioeconómica", basado en la confianza y la negociación, puede erigirse como un faro de esperanza en un mundo que anhela mayor justicia social y prosperidad compartida.

30 Jun 2025
0 comments
Imagen © vecteezy

En un mundo cada vez más complejo e interconectado, la solidez de los derechos humanos, la vitalidad de la democracia y la extensión del bienestar social no pueden considerarse logros estáticos. Requieren, por el contrario, de una arquitectura institucional dinámica y participativa que los sostenga y los adapte a los desafíos cambiantes. Entre los pilares fundamentales de esta arquitectura, emerge con fuerza la necesidad de un diálogo social robusto y periódico. Este diálogo, protagonizado por los representantes de los trabajadores, los empresarios y el Estado, se erige como un mecanismo esencial para refrendar las condiciones del desarrollo socioeconómico, el empleo digno, los derechos laborales fundamentales y la progresiva mejora del bienestar social.

La propuesta central radica en institucionalizar una negociación tripartita continua y con objetivos claros. Esta no se limita a la mera consulta, sino que implica una participación activa en la definición de los parámetros que moldean la realidad socioeconómica.

Refrendando el desarrollo socioeconómico: El diálogo periódico permite alinear las estrategias de crecimiento económico con las necesidades sociales. La participación de los actores clave garantiza que el desarrollo no sea un mero indicador macroeconómico, sino que se traduzca en oportunidades reales y equitativas para la ciudadanía. Se podrían discutir y acordar políticas de inversión, estrategias de innovación y modelos productivos que consideren tanto la rentabilidad empresarial como la sostenibilidad social y ambiental.

Fortaleciendo el empleo y los derechos laborales: La negociación tripartita es un espacio privilegiado para abordar las dinámicas del mercado laboral. Permite actualizar y fortalecer los derechos laborales en consonancia con las nuevas formas de trabajo, prevenir la precariedad, fomentar la formación continua y garantizar condiciones de trabajo seguras y saludables. La voz de los trabajadores, a través de sus representantes, es crucial para asegurar que el empleo sea un motor de progreso individual y colectivo, y no una fuente de vulnerabilidad.

Impulsando el bienestar social: El bienestar social no es un concepto abstracto, sino que se materializa en políticas concretas de salud, educación, protección social y vivienda. La negociación periódica entre los actores permite evaluar la eficacia de estas políticas, identificar áreas de mejora y acordar nuevas medidas que respondan a las necesidades cambiantes de la sociedad. La participación del Estado como garante del interés general es fundamental para asegurar la equidad y la universalidad de estas políticas.

Definiendo indicadores clave: La propuesta subraya la importancia de establecer de manera consensuada los indicadores del salario mínimo, el salario promedio y los tributos.

Salario mínimo: Su revisión periódica a través del diálogo social asegura que este umbral vital se mantenga acorde al costo de vida y contribuya a reducir la desigualdad y la pobreza.

Salario promedio: El análisis de su evolución, en el marco de la negociación, permite identificar tendencias en la distribución de la riqueza y diseñar políticas salariales que promuevan una mayor equidad.

Tributos: La discusión sobre el sistema tributario con la participación de los actores económicos y sociales puede conducir a un modelo más justo, eficiente y que garantice la financiación adecuada de los servicios públicos y las políticas de bienestar.

Consagrar la negociación social como un instrumento del Estado no solo confiere legitimidad a sus acciones, sino que también forja un sólido consenso. Las decisiones que emergen del diálogo social se ven fortalecidas por el respaldo de los principales actores, lo que allana el camino hacia su implementación efectiva. La naturaleza periódica de este proceso permite una adaptación dinámica y eficiente de las políticas a las fluctuaciones económicas y a las transformaciones sociales, ofreciendo una ventaja considerable sobre las decisiones unilaterales. Adicionalmente, el diálogo social se revela como una herramienta eficaz para prevenir y resolver conflictos laborales y sociales, al proporcionar un terreno común para la negociación y la búsqueda de acuerdos satisfactorios para todas las partes. En última instancia, la inclusión activa de los actores sociales en la definición de las políticas públicas enriquece la democracia y cultiva una ciudadanía más participativa y consciente.

Con todo, esta negociación no está exenta de desafíos importantes. La coexistencia de intereses divergentes entre los actores involucrados, propia del diálogo social, subraya la necesidad de una marcada voluntad de compromiso y una destreza negociadora considerable para alcanzar acuerdos viables. La legitimidad del proceso también se vería comprometida si no se asegura una representatividad auténtica y eficaz de las organizaciones de trabajadores y empresarios. En última instancia, el éxito de esta negociación depende de la firme voluntad política del Estado para impulsarla y garantizar su funcionamiento efectivo.

El sustento duradero de los derechos humanos, la vitalidad de la democracia y la extensión del bienestar social demandan un compromiso constante con el diálogo social. Institucionalizar una negociación periódica entre representantes de los trabajadores, los empresarios y el Estado no es solo un mecanismo técnico, sino un imperativo ético y político. Al refrendar conjuntamente las condiciones del desarrollo socioeconómico, el empleo, los derechos laborales, el bienestar social y los indicadores salariales y tributarios, se construye un futuro más justo, equitativo y sostenible para todos.

Este “triángulo de la sostenibilidad socioeconómica”, basado en la confianza y la negociación, puede erigirse como un faro de esperanza en un mundo que anhela mayor justicia social y prosperidad compartida.

SOBRE LOS AUTORES

( 144 Artículos publicados )

Director de Cuba Próxima. Jurista y politólogo. Miembro del Diálogo Interamericano. Editor de la revista católica Espacio Laical (2005-2014) y director del Laboratorio de Ideas Cuba Posible (2014-2019).

Reciba nuestra newsletter

Haz un comentario