La Patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos. José Martí

La Patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos. José Martí


Una política exterior centrada en la nación

Cuba se encuentra en una encrucijada histórica. La redefinición de su política exterior, basada en los intereses de la nación y no de una facción, es un paso crucial para construir un futuro de estabilidad, prosperidad y respeto para todos sus ciudadanos. Este nuevo horizonte requiere pragmatismo, visión de futuro y la voluntad de construir puentes en lugar de muros, insertando a Cuba de manera plena y activa en el concierto de las naciones.

30 Jun 2025
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Imagen © CNN

La coyuntura actual demanda una reflexión profunda y una reorientación estratégica de la política exterior cubana, como se analiza de manera excelente en el documento “La Cuba que queremos. Propuesta para refundar la República”, de “Cuba Próxima”. Ha llegado el momento de trascender la defensa de intereses partidistas para abrazar, con determinación y pragmatismo, los intereses de toda la nación cubana. Este cambio de paradigma, fundamental para el futuro de la república, debe cimentarse en la realidad geográfica, geopolítica e histórica de Cuba, en su presente económico y social, y en los anhelos de prosperidad y bienestar de su pueblo.

Cuba, archipiélago caribeño con una rica herencia hispano-africana, enfrenta la limitación de sus recursos naturales, factor que la impulsa inherentemente hacia una economía abierta y dependiente del comercio internacional. La realidad actual de un país descapitalizado y rezagado en términos económicos, mercantiles y tecnológicos subraya la urgencia de una nueva visión en sus relaciones con el mundo. A esta realidad se suma la creciente y cada vez más visible “Cuba transnacional”, con millones de ciudadanos residiendo en el exterior, cuyos vínculos con la Isla demandan un reconocimiento y una atención renovados.

La piedra angular de esta redefinición debe ser la primacía del ciudadano cubano y las necesidades del país por encima de cualquier dogma ideológico o interés coyuntural. Solo así se podrán sentar las bases para una estabilidad económica, social y política duradera, que conduzca a mayores niveles de prosperidad y al pleno ejercicio de los derechos para todos los cubanos.

Esta nueva hoja de ruta para la política exterior cubana podría articularse en torno a los siguientes objetivos generales:

Ampliar el horizonte de la amistad y la cooperación: Establecer y cultivar vínculos de amistad, buena voluntad y cooperación con todas las naciones del planeta, sin exclusiones ideológicas.

Promover un orden internacional justo y pacífico: Abogar por relaciones internacionales basadas en la paz, la solución negociada de los conflictos, el respeto irrestricto de los Derechos Humanos y la concertación política en los asuntos de interés nacional.

Salvaguardar la soberanía territorial: Mantener una postura firme e innegociable contra el establecimiento de bases militares extranjeras en territorio cubano.

Fomentar la cooperación económica y el intercambio de conocimiento: Incentivar la cooperación económica y en políticas públicas, así como la contratación de técnicos y profesionales bajo principios de equidad. Promover a nivel internacional el talento humano cubano, tanto en el ámbito científico-técnico como en la capacidad de inversión y el know-how de sus ciudadanos.

Capitalizar la posición geoestratégica: Utilizar de manera inteligente la ubicación geográfica de Cuba, su insularidad caribeña y su herencia multicultural, incluyendo sus significativos lazos con Estados Unidos. Esto implica impulsar el desarrollo del transporte marítimo y el comercio regional, así como un turismo sostenible y beneficioso.

Resolver la carga de la deuda: Renegociar las deudas financieras con el Club de París, el Club de Londres, Rusia y otros acreedores bilaterales, tanto públicos como privados, buscando condiciones favorables para la recuperación económica.

Atraer inversión productiva: Definir y promover una política de oportunidades de mercado cuidadosamente diseñada para atraer inversiones que generen beneficios tangibles para los cubanos y contribuyan al desarrollo sostenible del país.

Integrarse activamente en el sistema multilateral: Participar de manera proactiva en los organismos multilaterales y suscribir y cumplir los acuerdos internacionales que sirvan a los intereses de la nueva Cuba.

Fortalecer los lazos regionales: Desarrollar las relaciones con el Caribe, el espacio geográfico inmediato de Cuba, priorizando la cooperación en todos los ámbitos.

Acceder a la financiación internacional: Ingresar a los mecanismos financieros internacionales que puedan impulsar el desarrollo del país, buscando acceso a créditos ventajosos y trabajando para mejorar la calificación crediticia de la nación a nivel global.

Buscar la integración económica y comercial: Lograr acuerdos de cooperación, trato de nación más favorecida, libre comercio y ventajas arancelarias con el T-MEC, CARICOM, Mercosur, la Unión Europea y otros bloques económicos y de concertación política relevantes.

Reintegrarse al sistema hemisférico: Normalizar y fortalecer la presencia y la participación de Cuba en los foros y mecanismos del sistema interamericano.

Resolver las diferencias con Estados Unidos: Renegociar los temas pendientes o en disputa con Estados Unidos desde una posición de respeto absoluto a la soberanía y la defensa del interés nacional.

Diversificar las relaciones globales: Desarrollar o redefinir las relaciones con actores globales, potencias emergentes y los demás países del mundo, siempre bajo los principios de soberanía, interés nacional y no injerencia.

Reconocer y atender la diáspora: Definir una estrategia integral para abordar la condición transnacional de la Cuba actual y su profundo significado para el futuro del país, fomentando vínculos y aprovechando el potencial de su diáspora.

En definitiva, Cuba se encuentra en una encrucijada histórica. La redefinición de su política exterior, basada en los intereses de la nación y no de una facción, es un paso crucial para construir un futuro de estabilidad, prosperidad y respeto para todos sus ciudadanos. Este nuevo horizonte requiere pragmatismo, visión de futuro y la voluntad de construir puentes en lugar de muros, insertando a Cuba de manera plena y activa en el concierto de las naciones.

SOBRE LOS AUTORES

( 144 Artículos publicados )

Director de Cuba Próxima. Jurista y politólogo. Miembro del Diálogo Interamericano. Editor de la revista católica Espacio Laical (2005-2014) y director del Laboratorio de Ideas Cuba Posible (2014-2019).

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