Sino se modifica la noción del Estado, con una alta vocación autoritaria, personalista, voluntarista e ineficiente que se instauro con fuerza en Cuba como un reflejo caribeño del socialismo real todas las reformas están condenadas al fracaso
Michel Fernández Pérez, es jurista, investigador y profesor. Comprende que Cuba necesita grandes cambios y, a la vez, aboga para que lo alcancemos con la mayor sensatez y serenidad posibles. Sabe de la pujanza de nuestras debilidades y déficits, pero también coloca sus esperanzas en la fibra de nuestros sueños, de nuestros valores.
1) ¿Cuáles son los retos mayores de la Cuba actual? ¿Qué riesgos implican?
La situación de Cuba en estos momentos está marcada en lo inmediato, como toda la humanidad, por la capacidad para enfrentar la COVID-19. Hasta el momento el gobierno cubano ha mostrado resultados positivos en la forma en que ha organizado la respuesta a esta emergencia sanitaria, principalmente desde el punto de vista epidemiológico, no tanto así desde el punto de vista de organización de la vida social, en un escenario donde lo que se busca es el distanciamiento físico y el cumplimiento de medidas higiénico sanitarias alejadas de los patrones culturales de nuestro país.
Desde el punto de vista jurídico tampoco la respuesta ha sido la más acertada, a pesar de contar con las herramientas legales necesarias para manejar la situación de emergencia dentro de los parámetros de un Estado de Derecho, se ha optado por decisiones de facto sin el debido respaldo legal, lo que en primer lugar es inconstitucional y crea inseguridad jurídica en la ciudadanía.
Mas allá del riesgo inmediato del coronavirus, se hace necesario una redefinición de qué queremos los cubanos como país, se necesita un proceso de construcción de una nueva utopía, que sea capaz de traer esperanza a los cubanos de una vida mejor y más digna. Esta visión de Cuba parte de que se necesita contar con un modelo económico que garantice la suficiente creación de riquezas para garantizar los derechos de todos los cubanos.
En mi opinión este modelo debe contar con un sólido sector público, en el que los trabajadores tengan capacidad real de decisión y con sectores privados, cooperativos y otras formas posibles de organización de la propiedad. El otro componente que creo es el mayor reto, es el de garantizar el pluralismo político, en una sociedad marcada por discursos y acciones que consideran anticubano, traidor o proimperialista, todo pensamiento o acción que no comparta las decisiones del gobierno cubano es imprescindible lanzar un proceso de reconciliación nacional.
El mayor riesgo, y el que menos yo desearía, es que ocurra una explosión social en Cuba y se genere un Estado de ingobernabilidad, que pueda conducir a una intervención extranjera en Cuba. Más allá de este riesgo apocalíptico, el que más me preocupa es que ocurra una transición política en Cuba, a espaldas del pueblo, en la que se eliminen los logros sociales alcanzados en los últimos 60 años y conduzca a un aumento aun mayor de las desigualdades
2) ¿Qué soluciones serían factibles? ¿Cuáles son las capacidades del Estado y la sociedad para conseguirlos? ¿Cuáles los mayores impedimentos?
La reforma económica debe ser inmediata, ya se han perdido casi 30 años desde que se debió cambiar la esencia del modelo económico cubano. Cuando me refiero a la esencia es al modelo basado en la forma de organizar las relaciones económicas al estilo del fracasado socialismo real.
Es necesaria una nueva forma de entender el socialismo, menos Estado céntrico, y más basado en la capacidad de los sujetos de autoconstituirse como sujetos sociales. El gobierno cubano tiene todas las posibilidades para emprender estos cambios, pero a la misma vez es el principal freno a los mismos, ya que estos cambios significan un reajuste de las relaciones de poder, que es interpretada por muchos como perdida o cesión de poder del gobierno.
3) ¿Cuál sería la esencia de la actual reforma económica? ¿Qué relación posee con transformaciones sociopolíticas pendientes?
La esencia de la reforma económica debería ser crear una economía al servicio de las personas, que cree riquezas y que a la misma vez no destruya el medio ambiente, ni esclavice a los trabajadores.
Para esto se deben implementar de inmediato todas las formas de propiedad reconocidas en la Constitución y a la misma vez empoderar a los trabajadores como titulares efectivos de la propiedad social. Un elemento vital en la reforma económica es la transparencia, es decir se debe tener acceso por todos a todos los datos y a toda la información y esto sería el principal antídoto contra la corrupción, que es otro de los grandes peligros.
Sino se modifica la noción del Estado, con una alta vocación autoritaria, personalista, voluntarista e ineficiente que se instauro con fuerza en Cuba como un reflejo caribeño del socialismo real todas las reformas están condenadas al fracaso. Es imprescindible contar con un Estado que reconozca el pluralismo político, sea garante de todos los derechos humanos y que se descentralice aceleradamente dándole altas cuotas de poder a los municipios.
4) ¿Cuál es el Estado actual de la sociedad civil cubana “transnacional”? ¿Podría ella influir en tales procesos? ¿Cómo lo alcanzaría?
Si entendemos por “sociedad civil cubana “transnacional” a los cubanos que residen fuera de la isla, el rol de estos es muy importante en la construcción de una nueva Cuba, en la que quepan todos, incluso aquellos que tanto afuera, como dentro, lo único que desean es la desaparición de su némesis.
El gobierno cubano muy fácilmente podría tomar medidas tales como eliminación de la condición de emigrante, restitución de todos los derechos a los cubanos que ya han sido declarados emigrados (no retroactivamente), eliminación de las prohibiciones de entrada de cualquier nacional, reconocimiento de derechos políticos de los que viven en el extranjero, entre otras medidas que acercarían mucho más a su patria a los cubanos que residen en otros países.
5) ¿Hay relación entre reformas internas y vínculos Cuba-Estados Unidos?
En este aspecto hay que partir de un principio que considero básico y es que el bloqueo económico y las políticas de agresiones del gobierno de Estados Unidos contra Cuba son contrarios al derecho internacional. Lo único que han logrado en más de 60 años es dificultar la vida de los cubanos y darle la mejor excusa al gobierno cubano para achacar casi todos sus males al bloqueo.
El bloqueo está establecido mediante un complejo sistema de leyes y regulaciones que son potestad soberana de los Estados Unidos modificar. Desde mi perspectiva lo mejor que Cuba podría hacer es construir una economía eficiente, mejorar sus logros sociales y aumentar la felicidad de sus ciudadanos, a pesar del bloqueo.
Las reformas internas siempre van a estar marcadas por las políticas de Estados Unidos hacia nuestro país, pero creo que las reformas necesarias en el país tienen que hacerse de inmediato, sin importar la política de la administración de turno.
El escenario ideal para las reformas en Cuba seria uno en el que no existiera el bloqueo y las relaciones entre los países se realicen de acuerdo con el derecho internacional. Pero este escenario es poco probable en lo inmediato, por tanto, debemos avanzar en las reformas que se pueden hacer en nuestro país.
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