El sistema electoral de un país resulta esencial para convertir la voluntad social en voluntad política. Debe hacer efectivo el mandato ciudadano y garantizar el proceso de representación encargado de ejecutarlo. Ello por medio de reglas que determinen cómo llevar a cabo las elecciones y cómo determinar los resultados.
Dadas las condiciones actuales de Cuba, si llegara el momento de ejecutar unas primeras elecciones libres ello demandaría una Ley electoral provisional —tal vez de empleo en una sola ocasión— que dé acceso a una ciudadanía plural a las instituciones públicas de representación, en un contexto aún carente de reglas e instituciones democráticas —que quienes resulten electos deberán comenzar a crear—, sin sólidos medios de comunicación, sin organizaciones de la sociedad civil “establecidas”, sin fuerzas políticas “establecidas” y sin una previa nueva constitución.
Por ello, y considerando que esa norma electoral provisional dependería de las circunstancias del momento en que sea necesaria y posible, Cuba Próxima presenta esta propuesta de organización del sistema electoral para garantizar la base legal del inicio de un proceso de transición democrática que garantice el pluralismo político y la competencia electoral. En esta propuesta sería necesario la modificación de la actual constitución en lo referente a la elección del presidente de la República y las autoridades municipales y provinciales.