La denominada Revolución Cubana que tuvo sus inicios en 1959 con un mensaje demagógico y autoritario, logró dominar por unas cuantas décadas a nuestra sociedad. Sus posiciones voluntaristas con un método de ordeno y mando -de manera paulatina- conllevaron al desarrollo de un estado de crisis generalizada en el orden económico, político y social.
Y el maestro ha de ser quien abra la posibilidad, la realidad de otro modo de vida, de la de verdad.
María Zambrano La mediación del maestro
La denominada Revolución Cubana que tuvo sus inicios en 1959 con un mensaje demagógico y autoritario, logró dominar por unas cuantas décadas a nuestra sociedad. Sus posiciones voluntaristas con un método de ordeno y mando -de manera paulatina- conllevaron al desarrollo de un estado de crisis generalizada en el orden económico, político y social. La educación no quedó al margen de esta afectación estructural. Es lamentable como toda una tradición pedagógica de la nación anterior a la fecha mencionada, quedó tremendamente dañada por múltiples causas.
He aquí la exposición de algunas ideas que pudieran contribuir a la conformación de un proyecto de renovación en el plano educativo, el cual tendrá que desarrollarse a través de un esfuerzo coral, donde diversas voces especializadas reflejen y activen otras maneras de hacer de esta esencial actividad que se encuentra en nuestras raíces y que pueda acoplarse libremente a las exigencias de una auténtica modernidad. Para lograr este empeño, se plantean los siguientes puntos para tener en cuenta:
1- Formación sobre nuevas bases culturales de jóvenes con vocación para impartir la docencia necesaria en todos los niveles: primario, secundario, preuniversitario y universitario. Es conocido que en Cuba en los últimos años ha ocurrido una disminución paulatina de su población, una de sus causas fundamentales es la elevada emigración de jóvenes. El reconocido demógrafo cubano Juan Carlos Albizu-Campos destacó en El Toque que del año 2000 al 2024 Cuba ha perdido 2 662 415 personas, considerando todos los destinos migratorios que han tenido lugar en este período de tiempo. Eliminar paulatinamente la improvisación de profesores sería una labor prioritaria, pero a la vez muy compleja.
2- La frase educación integral no nos es ajena, pero ella deberá renovarse de manera radical no desde la penosa perspectiva en que se intentó afianzar en un estrecho vínculo entre la educación y la política, subordinada a una ideología determinada, sino que será enfocada desde la relación entre educación y libertad. Educación instructiva, pero también educación para la vida, donde prevalezca un claustro formado en el conocimiento de los Derechos Humanos. La preparación militar impuesta debe desaparecer para hacer realidad el legado martiano de que un pueblo no se funda como se manda un campamento.
3- La educación se concebirá -a partir de la hora nueva cubana- como un paso de mediación, abierto al desarrollo pleno de la persona como miembro consciente y activo de la sociedad, como un proceso que no oprima, sino que respete las distintas formas de realización personal en sus diferentes ritmos, que se afane por integrar lo múltiple y lo disperso, sin interferir ni violentar la propia singularidad de los alumnos.
4- La concepción de pedagogía de la ternura que hoy se defiende como metodología esencial en otros países y que en Cuba se enarbola desde la falsedad, es imprescindible sustentarla -tal como lo anhelaba el propio José Martí- desde las bases del amor y la armonía en la sociedad. Para ello es necesario establecer un vínculo directo entre conocimiento y sensibilidad.
5- La destrucción paulatina de las escuelas es un hecho penoso que hay que atender desde el primer momento del proceso transicional. Aulas en mal estado constructivo, con mala ventilación e iluminación, sin agua en los baños, es el escenario de una gran cantidad de locales destinados a la instrucción escolar. Esta tarea no sería responsabilidad directa de los padres de los alumnos, a los que muchas veces se les pide ayuda. Tal restauración debe resolverse en principio a través de una asignación de recursos estatales. Además, se pudieran producir convenios con agencias de cooperación internacional y con empresas privadas solidarias en el radio de acción de las comunidades donde se encuentren este tipo de instituciones, aunque no necesariamente se deberán circunscribir a ellas.
6- Revisión y modificación total de determinados textos escolares con un elevado contenido ideológico que estremece, ejemplos hay muchos. Desaparición de murales en cada aula del país y en cada escuela con fotos de líderes políticos que ya no son ni tales, no para sustituirlos por otros, sino para hacer renacer los valores patrios con un sentido identitario.
7- La autonomía universitaria fue algo perdido en los años sesenta del siglo XX cubano. La universidad no será más de “los revolucionarios”. El claustro podrá elegir democráticamente a sus decanos y rectores, no serán designados ni aprobados por ningún partido gobernante. Cada universidad tendrá derecho a administrar sus recursos y establecer sus programas.
8- En las escuelas se podrán crear aulas de arte: pintura, música, danza, donde se implementarán iniciativas para gestionar recursos destinados a centros que auspicien estas especialidades complementarias. También se tendrán que restaurar centros deportivos que faciliten la inclusión de los estudiantes en cualquier deporte.
En estos momentos se conoce de una gran cantidad de jóvenes que consumen y trafican con una droga la cual nombran «el químico», sustancia nociva que ha traído como consecuencia serios conflictos en este sector de la sociedad como deterioro de la salud y hechos connotados de violencia incluso masiva. Las escuelas deben ser establecimientos que contribuyan a la eliminación de este grave problema social. Educar será ante todo guiar al que empieza a vivir en un camino responsable a través del tiempo.
9- Hemos observado que en determinadas actividades festivas escolares se promueve una música que no representa precisamente la cultura y no por ser popular deja de ser vulgar y terriblemente sexista. De ahí la importancia de la preparación de un personal educativo verdaderamente calificado para desarrollar una instrucción genuina.
10- En la actualidad algunas instituciones religiosas colaboran como sedes educativas. El Estado reconocerá esta importante labor a través de la aceptación oficial de los certificados y diplomas extendidos a estos estudiantes, porque ya constituye una valiosa contribución a la formación de niños y jóvenes.
11- Se atenderá especialmente la situación educativa en las zonas rurales donde esta misión se ha tornado más dificultosa debido a un mayor deterioro constructivo, donde las distancias para llegar a las escuelas son mucho más difíciles por la ausencia total de transporte y porque la falta de electricidad constituye un problema grave en tales regiones. Asimismo, se deberá prestar atención al tema del elevado índice de matrimonios infantiles y/o embarazos precoces en determinados pueblos del interior, lo cual impide mayoritariamente a estas niñas continuar sus estudios.
12- Cuba presenta un creciente índice de deserción escolar como consecuencia de la existencia de hogares disfuncionales, de la imposibilidad de continuar estudiando por la grave crisis económica existente y el desaliento de muchos jóvenes ante las pocas esperanzas y posibilidades que ofrece el estudio dentro del país que les asegure una vida laboral próspera y un futuro sosegado. Ello nos obligará a fortalecer esa idea martiana acerca de que solo en la educación reside la fuerza definitiva de una nación, por tanto, es una dificultad que se deberá solucionar en la medida que se restablezca el país de sus intensas complicaciones estructurales, aunque sabemos que no será tarea de fácil e inmediata solución.
13- Como contrapartida a la actitud de no asumir la continuidad en los estudios, la población cubana deberá posesionarse de esa visión de sentido de la vida que se condensa en la frase que Martí tomó del escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe poco antes de morir: Luz, más luz, para expresar la necesidad de que el ser humano tome el conocimiento como una inspiración hasta el último día de vida.
14- Es tarea impostergable definir y desarrollar con exactitud una educación cívica que no advierta la comprensión de lo humano en términos de representación, es decir, configurado en un discurso, que hasta hoy ha resultado bochornoso y desolador. Muchos cubanos nos ofendemos cuando determinadas figuras y grupos de profesionales se mantienen ajenos totalmente a las situaciones extremas que hoy vive una gran parte de nuestra sociedad. El civismo es el arte de la convivencia, y este tipo de educación debe estar presente para que cualquier individuo pueda sentir compasión y sensibilidad por el dolor y sufrimiento del otro, sea humano o no. Y esa capacidad de enseñanza mediante el ejemplo, no debe ejercerse mediante una respuesta a los vulnerables desde una posición de superioridad, sino desde la modestia, la sencillez, en una posición dual, cara a cara.
15- En resumen: La libertad solo es posible asegurarla con el desarrollo de la educación, pues pensar, es salvar.
SOBRE LOS AUTORES
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Creo que el calamitoso estado de la educación en Cuba debe ocupar y preocupar a todos. Este trabajo expone con objetividad la situación actual y propone medidas para recuperar el verdadero sentido cívico de una escuela cubana de pedagogía, la que tuvimos antes del 59.
Comparto dichas medidas y postulo la necesidad de una educación universal y deo ideologizada.. A ello contribuiría también la fundación de colegios privados concertados.
Será un proceso algo dilatado liberar la educación de los estereotipos únicos y formar verdaderos maestros. Su formación va en paralelo con una reconstrucción exitosa del sistema educativo.
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