Declaración de Cuba Próxima
Cuba Próxima reconoce el trabajo de las sociedades civil y política cubanas -autónomas del poder- en el proceso de votaciones del pasado 26 de marzo. También confirma su apoyo a la Declaración del 29 de marzo de D FRENTE, concertación democrática que integra.
Sostiene que este proceso no está concebido como elecciones, sino para confirmar los diputados previamente designados por el Partido Comunista de Cuba (PCC), quienes a su vez designarán los otros cargos de autoridad -como el presidente de la República- de acuerdo con la indicación de esta fuerza ideológica y de poder.
Destaca que aun cuando el proceso no contó con supervisión de instituciones observadoras independientes ni con garantías democráticas mínimas, los resultados publicados oficialmente demuestran el debilitamiento continuo de la legitimidad del actual régimen político.
Defiende que el resultado evidencia de manera irrefutable que el sistema sociopolítico imperante excluye a un por ciento significativo de cubanos de la representación política en instituciones de autoridad y partidistas.
El PCC, preocupado por experiencias recientes, quiso asegurar un resultado favorable, que no evidenciara una deslegitimación insostenible. En este esfuerzo:
Sin embargo, un trabajo de experto de acuerdo con las cifras de este CEN indica:
Las urnas -a pesar de todo- expresaron un modelo social, económico y político desgastado; y unas sociedades civil y política -autónomas y plurales- que están llamadas a constituirse en alternativa -más que en oposición- a la actual frustración política de la nación.
Los resultados de las votaciones, además, acrecientan la deslegitimación del presidio en Cuba por motivos políticos. Nuestros presos políticos son expresión legítima de la voluntad ciudadana. Deben ser liberados de forma inmediata y sin condiciones.
Junta Directiva, 3 de abril de 2023.
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Agradezco mucho tan excelente análisis y proyeccion futura de una Cuba “… con todos y para el bien de todos…” como planeó José Martí “La República Democratica”
No pueden excluirse de cualquier conteo los eventuales votos de los emigrados. Asumiendo mínimamente qué hay tres millones de emigrados posibles votantes y que la abrumadora mayoría se abstendría o anularía la boleta, digamos 2 millones 500 mil, pues entonces el castrismo habría perdido abrumadoramente.