La Patria es dicha de todos, y dolor de todos, y cielo para todos. José Martí

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El proceso de feminización del liderazgo sociopolítico en la disidencia cubana (2019-2022)

La inmovilidad sociopolítica del estado totalitario de matriz estalinista imperante en Cuba ha obligado a que distintos grupos de mujeres siguen ocupando y ejerciendo sus reclamos en el espacio público, ya sea por la precarización de la vida cotidiana o con reclamos concretos, basados en la conquista de derechos sociales, políticos, económicos o culturales. Entender la dimensión de esta presencia, nos permite comprender que el futuro de una Cuba democrática tendrá que sustentarse en las aportaciones y el liderazgo femenino, que constituye una columna para lograr un estado de derecho estable y una democracia plena.

Cuba Próxima - Centro de Estudios sobre el Estado de Derecho y Políticas Públicas

Entre mayo de 2019 y octubre del 2022 la ciudadanía cubana generó un ciclo de ocupación sostenida del espacio público. Este proceso social se caracterizó por la diversidad e intensidad de sus acciones y sus reclamos frente al estado autoritario existe en la isla. Uno de los elementos distintivos de este lapso cívico se basa en la presencia de las mujeres como actor de liderazgo ciudadano. El rol femenino como sujeto de disenso en Cuba no es nuevo; pues basta citar los reclamos políticos ejercidos durante la lucha contra la dictadura de Fulgencio Batista en la década de los cincuenta del pasado siglo y más recientemente el movimiento de las Damas de Blanco, después de la Primavera Negra del año 2003.

En esta nueva etapa la participación de la mujer en la vida cívica ha tenido diversas particularidades, que permiten agruparlas al calor de este análisis en tres sectores: mujeres politizadas, ciudadanas agotadas y mujeres migrantes. Aunque se debe señalar que este esbozo, está presto a otras aportaciones y enfoques teóricos, que nos permita lograr un consenso sobre la temática en análisis.

La participación de la mujer en el espacio cívico posee una serie de comunes denominadores, que condicionan la vida cotidiana de estos tres grupos propuestos. La crisis económica que afecta al país ha sido una de las principales causas del aumento de los reclamos femeninos, motivados por la carencia de alimentos y la intermitencia de los servicios básicos (agua, gas licuado y electricidad). Otra razón de la disconformidad femenina se basa en el deterioro de los sistemas sanitario y educativo.

La migración es un fenómeno demográfico que incide sobre la vida cotidiana de la mujer cubana. Este proceso de movilidad afecta tanto en su dimensión interna, como en la salida hacia el extranjero. En el caso de la migración interna la dificultad radica en las trabas legales y los numerosos problemas para la búsqueda de empleo, en particular para las mujeres procedentes del oriente del país o procedentes de las comunidades populares.

 A su vez la crisis ha sobrecargado el rol femenino de sostenedora del hogar, que se precariza aún más debido a la situación generada por la migración de un miembro del núcleo familiar.  La cuestión de los cuidos, ya sea de la infancia o del adulto mayor se complejiza en una sociedad atravesada por la emergencia humanitaria y la hiperinflación. Para miles de mujeres cubanas garantizar los mínimos para la infancia o un anciano enfermo, se convierte en una verdadera quimera.

La precariedad de los cuidos ha sido causa de decenas de directas en redes sociales y reclamos ante las instituciones para poder acceder a las condiciones básicas. Esta carencia se conjuga con el enfoque machista presente en nuestra sociedad, que señala la mujer como sujeto protagónico en las labores de cuidado. Para tener una visión holística de sus reclamos sociales e incidencia política nos adentramos en análisis de las particularidades de los grupos sociales propuestos en este texto.

Mujeres politizadas

Este sector social destaca por su diversidad en cuanto a su composición etaria y política se refiere. Las mujeres que integran este segmento, generalmente se formaron en las academias oficiales, donde durante su ciclo formativo construyeron redes sociales y colaborativas. Una vez que estas féminas iniciaron su participación en la sociedad civil estas alianzas se convirtieron en redes de trabajo y solidaridad.  Otro elemento articulación y participación en la actuación cívica de estas activistas, intelectuales o artistas radica en torno a los reclamos feministas que han ocupado el espacio público en el país durante los últimos años:  los derechos de la comunidad LGTB, protestas por el aumento de los feminicidios o el cese de la violencia política.

 Este grupo social ha sido visible en las diferentes articulaciones y manifestaciones que tuvieron lugar en el último ciclo cívico:  Movimiento San Isidro, Movimiento 27N, Plataforma, Archipiélago, Justicia 11J, Yo Sí Te Creo, Casa Palanca entre otros. Su participación no solo se ha conformado con la incidencia cívica sobre el terreno, sino que ha contribuido de manera sistemática a la producción de conocimiento y la preservación de la memoria histórica. Con el fracaso la Marcha Cívica por el Cambio del 15 de noviembre del 2021 se inició un proceso de repliegue y exilio forzado de un núcleo considerable de estas mujeres.

La salida del país las activistas han permitido visualizar su capacidad de resiliencia y la creación de nuevas propuestas, que transnacional su incidencia y reconfiguran su participación en la vida de la sociedad civil. Atención especial merece las esposas y madres de los presos políticos del estallido social del 11 de julio. Sus casos se pueden evaluar por su carácter transicional, pues en su inmensa mayoría son provenientes del grupo de ciudadanas agotadas.  Pero la prisión de sus familiares y los consiguientes procesos penales punitivos las obligaron a participar en los reclamos de la sociedad civil.

Este ciclo de politización ha ubicado a las madres y esposas del 11J a transitar del reclamo concreto de liberación de sus familiares hasta a asumir reclamos antisistémicos, articulándose en movimientos cívicos entre los que destaca Cuba de Luto o realizando acciones pacíficas en el espacio público.  El camino andado por las mujeres politizadas nos evidencia la consolidación del liderazgo femenino en los espacios de disidencias al castrismo.

Mujeres agotadas.

Este grupo social posee un núcleo amplio y diverso, debido a su extracción y origen sociológico. Los elementos de complejidad que lo caracterizan permiten establecer una serie de mínimos: pertenencia a las comunidades populares (residentes en barrios racializados y marginalizados por el statu quo), descontento con el sistema social generado por el castrismo, pérdida del temor generado por el autoritarismo y agotamiento por los efectos de la vida cotidiana.

Los elementos antes expuestos se han convertido en reclamos concretos, que han conducido a estas mujeres a enviar cartas con reclamos a las instituciones en un primer instante. Defraudas por la ineficacia institucional han experimentado una radicalización de sus solicitudes, que las conduce a exponer sus exigencias en las redes sociales o a protagonizar protestas ciudadanas; ya sea con la ocupación de edificios gubernamentales o el espacio público.

 Además, estos sujetos políticos han evidenciado con su disenso la llegada de la sociedad cubana un escenario de protesta popular similar al que se vive en la región: cortes de calles, protestas con su descendencia o directas en Facebook donde evidencian su malestar social y político.  Estas mujeres que en un pasado apoyaron al régimen autoritario de La Habana, ante el colapso de los servicios básicos que le brindaba y el aumento de la carestía de su vida cotidiana han transitado al activismo, popularizando los reclamos y ofreciendo ciertas dosis de praxis, que complementa el actuar simbólico impulsado por la disidencia cultural en los últimos años.  

Mujeres emigradas

Las féminas en situación de diáspora constituyen un sector amplio de la emigración, que presenta diferentes intensidades políticas. Pero a su vez poseen comunes denominadores, que nos permiten establecer la naturaleza de su disenso. En primer lugar, son mujeres que no se desvinculan de la realidad sociopolítica del país, la cual les afecta, ya por la permanencia de sus familiares en la isla o por su opinión política. La percepción política de este sector, pasa por el reconocimiento de la naturaleza autoritaria del estado cubano, así como la exigencia de un proceso de transición hacia la democracia.

 Un rasgo distintivo de las emigradas radica en su presencia en otras redes sociales (X, Instagram, YouTube y Tik Tok) que refuerzan su incidencia en la realidad virtual de sus países de residencia y en sus entornos afectivos. Este ciberactivismo, ha conducido a convertirlas en lideres de opinión y a generar redes asistenciales y de solidaridad para paliar los efectos de la emergencia humanitaria que vive el país.  Aunque en muchos casos este grupo ha tenido que padecer la incomprensión de un segmento de sus familiares residentes en la isla, que en reiteradas ocasiones comulgan con el Partido-Estado, aún cuando dependen de las remesas de su familiar emigrado.

La inmovilidad sociopolítica del estado totalitario de matriz estalinista imperante en Cuba ha obligado a que distintos grupos de mujeres siguen ocupando y ejerciendo sus reclamos en el espacio público, ya sea por la precarización de la vida cotidiana o con reclamos concretos, basados en la conquista de derechos sociales, políticos, económicos o culturales. Entender la dimensión de esta presencia, nos permite comprender que el futuro de una Cuba democrática tendrá que sustentarse en las aportaciones y el liderazgo femenino, que constituye una columna para lograr un estado de derecho estable y una democracia plena.

SOBRE LOS AUTORES

( 12 Artículos publicados )

Intelectual católico. Historiador e investigador social.

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