Con sus políticas de fortalecimiento del Estado federal, de expansión y mayor participación del Estado en la vida económica y cívica de la nación estadounidense, Franklin D. Roosevelt, demócrata, se pareció más a Lincoln, o siguió más la tradición de Lincoln, que las de su propio partido durante buena parte del siglo XIX y el inicio del XX. Lo mismo con Lyndon Johnson y los Derechos Civiles. Algo que Jefferson Davis jamás habría creído.
«El pasado nunca está muerto. Ni siquiera es pasado.»
William Faulkner
1
Estados Unidos de América no llegó a la madrugada, a las 4:30 am del 12 de abril de 1861, por casualidad, mala suerte o «destino manifiesto».[1]
La Guerra Civil, como expresión o «continuidad de la política por otros medios»[2], se fue gestando desde el mismo nacimiento de la Unión. Como razones evidentes sobresalen las diferencias de valores, visiones del mundo, modelos de desarrollo, e idiosincrasia entre los estados del sur, esclavistas, agrarios, de tradición puritana y conservadora, y los del norte, industriales, dados al emprendimiento, el comercio, la diversidad y el intercambio, de hábitos más liberales.
Unos meses antes de aquel 12 de abril, en el invierno de 1860, Abraham Lincoln había ganado las elecciones presidenciales con el 40% de los votos, aunque no apareció en las boletas de diez estados del sur.
Cuando fue elegido candidato en la Convención Nacional Republicana de 1860 en Chicago, Lincoln era poco conocido, no poseía experiencia ejecutiva, y muy rápidamente comenzó a recibir amenazas de muerte y a ser presionado por dos grupos irreconciliables, los abolicionistas del norte y los esclavistas del sur.
Sobre Lincoln pesaba una gran desconfianza. No era un abolicionista, pero había hecho numerosas declaraciones contra la esclavitud y se había mostrado contrario a la guerra de expansión de los Estados Unidos, que consideraba «ilegal e innecesaria»[3]. Su esposa, Mary Todd, arrastraba sospechas superiores. Tenía cuatro medio hermanos que combatían en el ejército confederado y era constantemente acusada de ser simpatizante de los rebeldes.
Abraham Lincoln nació en Kentucky y tenía 52 años al inicio de su mandato como decimosexto presidente de los Estados Unidos. Autodidacta, ejerció como abogado en Illinois, fue militar, congresista por el Partido Whig entre 1847 y 1849 (el Partido Republicano fue fundado años después, en 1854) y ganó reputación de hombre honesto, de ahí su apodo de «Honest Abe».
Abe era delgado, muy alto, siendo hasta hoy el presidente de mayor altura, con 1.93 cm. Tenía ojos hundidos y mandíbulas y pómulos protuberantes y angulosos. Padeció depresión, enfermedad que a mediados del siglo XIX no existía con ese nombre y era llamada «melancolía». Sus biógrafos lo caracterizan como tímido, reservado en las cuestiones personales, perseverante, enfocado en los resultados, de magnífica oratoria y excelente en los debates, firme en sus convicciones, aunque generalmente amigable, contador de historias, y alguien que hacía honor a la franqueza y la verdad. Tuvo cuatro hijos, tres de los cuales fallecieron a edades tempranas.[4]
Poco después de su triunfo, el nuevo presidente electo no pudo evitar que Carolina del Sur convocara a una Convención con el objetivo de renunciar a la Unión. Estados Unidos contaba entonces con treinta y tres estados, luego treinta y cuatro con Kansas Libre, gracias a la Constitución de Wyandotte, aprobada por el Senado en enero de 1861.
El día de la inauguración de su mandato, el 4 de marzo de 1861, solo veintisiete estados permanecían en la federación. Carolina del Sur, Mississippi, Florida, Alabama, Georgia, Louisiana y Texas habían salido de la Unión entre diciembre y los primeros días de enero de 1861. Poco después se sumaron Virginia, Arkansas, Tennessee y Carolina del Norte, lo que dejaba a la Unión con veintitrés estados y a los del sur con once.
Veintidós millones de habitantes tenían los estados de la Unión y nueve millones los Confederados, de los cuales cuatro millones eran esclavos. Era tal la disparidad que el valor de todos los bienes producidos en los estados de la Confederación correspondía a un cuarto de lo producido solo por Nueva York.[5]
El exsenador y general Jefferson Davis (Partido Demócrata) fue declarado presidente de los estados Confederados de América, «donde la esclavitud sería eterna», y como vicepresidente Alexander Stevens, quien declaró que «Nuestro nuevo gobierno está fundado bajo la gran verdad de que el negro no es igual al hombre blanco, y la esclavitud es su condición natural y normal (…) Nuestro gobierno es el primero en la historia del mundo basado en esta gran verdad moral».[6]
El presidente Davis y los líderes rebeldes estaban determinados a defender su «independencia», y expresaban una profunda convicción: «Digo que la esclavitud estaba sancionada en la Biblia, autorizada, reglamentada y reconocida desde el Génesis hasta el Apocalipsis (…) La esclavitud existía entonces en las edades más tempranas, y entre el pueblo escogido de Dios; y en el Apocalipsis se nos dice que existirá hasta que llegue el fin de los tiempos. Lo encuentras en el Antiguo y el Nuevo Testamento: en las profecías, los salmos y las epístolas de Pablo; lo encuentras reconocido y sancionado en todas partes».[7]
Refiriéndose a los descontentos rebeldes del sur, el día de la inauguración de su mandato, Lincoln dijo: «En vuestras manos, mis compatriotas insatisfechos, y no en las mías, está la trascendental cuestión de la guerra civil. Este gobierno no los atacará… Vosotros no habéis hecho ningún juramento en el Cielo para destruir al gobierno, mientras que yo tendré el más solemne de los juramentos: preservarlo, protegerlo y defenderlo».[8]
Pocas semanas después de la llegada del nuevo gobierno, tropas de Carolina del Sur atacaron el Fuerte Sumpter en la bahía de Charleston, Carolina del Sur.
2
La razón central para la secesión y, por consiguiente, para el inicio de la guerra, fue el largo y agudo desacuerdo sobre la esclavitud como institución y modelo de desarrollo.
Hasta 1862, Lincoln no creía tener derecho legal para eliminar la esclavitud y defendió la idea de que iba a la guerra contra la secesión para salvar la Unión, no para abolir la esclavitud, a pesar de las fuertes críticas que recibió, entre las que destacaban las de Frederick Douglass, quien consideraba que esa era «una guerra a favor o en contra de la esclavitud»[9]. Lincoln evitó a Douglass y el debate por él planteado durante casi dos años de cruentos combates.
La gran diferencia económica, tecnológica y demográfica entre los estados del norte y el sur no impidieron los múltiples éxitos militares de los confederados en la guerra, de la mano de quien es considerado un genio de la táctica y la estrategia militar, el general Robert E. Lee, quien se negó a ser ascendido a Comandante del Ejército de la Unión más por compromiso con su tierra natal, Virginia, que con la esclavitud.
Que los valores e ideas defendidas por los rebeldes del sur fueran o no correctos, emancipatorios o humanos, tampoco disminuyeron sus aptitudes. La tropa confederada dio numerosas pruebas de astucia, valentía y determinación, mientras el ejército del norte sumaba comandantes que no satisfacían los objetivos de Lincoln.
Combatieron en la Guerra Civil más de 3 millones, se peleó en 10 mil diferentes lugares y murieron más de 620 mil (Estados Unidos ha perdido cerca de 1.3 millones de combatientes en todas las guerras que ha participado hasta hoy, que no son pocas). Hubo batallas que todavía siguen siendo las mayores en el hemisferio occidental, como es el caso de Gettysburg, Pensilvania, el 1 de julio de 1863, una verdadera masacre que dejó 50 mil víctimas en solo tres días.[10]
La guerra mató al 10% de los hombres del norte de entre veinte y cuarenta y cinco años y al 30% de los blancos del sur de entre dieciocho y cuarenta años.
La Guerra Civil también aceleró y definió las siguientes décadas de la Unión y el papel de los Estados Unidos en el mundo hasta hoy. Los años y décadas posteriores vieron emerger a una nueva potencia política, económica, militar, tecnológica y cultural. Fue en esa guerra donde se emplearon las mejores y más mortales armas hechas por el hombre hasta ese momento; fue durante aquellos combates en los que se estrenaron ferrocarriles de artillería, fusiles de repetición, marinas de guerra con barcos de acero y cañoneras, torpedos («máquinas infernales»), miras telescópicas, minas terrestres, globos aerostáticos para actos de espionaje aéreo sobre los campos confederados y los primeros telégrafos militares. Solo en 1862 se inscribieron 240 patentes para armas de guerra.[11]
Se dice que Lincoln estaba fascinado con los nuevos adelantos, en especial las armas de repetición, aunque la innovación más importante desde el punto de vista práctico fue, sin embargo, el fusil de mosquete con alcance de 250 yardas (228.60 m), cinco veces el que existía antes de la guerra.
La Guerra Civil, o de Secesión, como también se le conoce, trajo otras nuevas medidas importantes. La Unión estableció el primer pago de impuestos y los Confederados el servicio militar por tres años para los hombres blancos de entre 18 y 35 años, de los que solo la mitad se enlistaron.
Los éxitos militares de los confederados bajo el mando del general Robert E. Lee hicieron creer a Jefferson Davis que Europa, en especial Gran Bretaña y Francia, los reconocería como Estado independiente.
3
En la mañana del 22 de julio de 1862, Lincoln citó a una reunión de gabinete. Lo que allí dijo dejó perplejos a los presentes pues contradecía lo que había defendido hasta entonces: su plan era decretar el fin de la esclavitud a través de una proclama y, sobre todo, cambiar el carácter de la guerra.
El objetivo central de Lincoln consistía en ganar la guerra. Si «para lograrlo tenía que mantener la esclavitud, la mantendría; si para ello tenía necesidad de abolirla, también lo haría»[12]. Así, llegó a la conclusión de que proclamar el fin de la esclavitud era absolutamente esencial para salvar la Unión: «Si la esclavitud no es un error entonces nada lo es (…) Nunca en mi vida me sentí más seguro de que estaba haciendo lo correcto que al firmar este documento (…) Si mi nombre pasa a la historia será por este acto».[13]
El documento fue firmado por Lincoln el 22 de septiembre de 1862, cinco días después de la batalla de Antietam, el primer gran enfrentamiento armado que se produjo en territorio del norte. Washington también estaba bajo amenaza, lo cual se materializó con más claridad poco después, en Gettysburg, cuyo resultado marcó el principio del fin del ejército confederado.
Un detalle no menos destacado era el hecho de que la proclama que le daba la libertad a los esclavos, que se hizo efectiva el 1 de enero de 1863, también les permitía portar armas e ir a la guerra.
Jefferson Davis declaró que la proclama era «la medida más execrable de la historia de los hombres culpables».[14]
En el entierro a los caídos en Gettysburg, el 19 de noviembre de 1863, Lincoln pronunció un famoso discurso de poco más de dos minutos en el que habló del nuevo nacimiento de la libertad y definió la democracia en palabras simples.[15] Fue allí donde se refirió al «gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo».[16]
El fuego cruzado en el que sobrevivió Lincoln durante los duros años de la guerra ni siquiera fue aplazado por su reelección de 1864, gracias a lo que se interpretaba como la mejor opción para superar el conflicto.
En enero 31 de 1865 la Cámara de Representantes aprobó la legislación más importante del siglo XIX, la Enmienda XIII, que prohibía la esclavitud para siempre. Lincoln la definió como una «gran victoria moral»[17]. Fue ley a partir del 6 de diciembre de 1865. (El estado de Mississippi no la ratificó la Enmienda XIII hasta ciento treinta años después, en 1995, siendo certificada oficialmente dieciocho años más tarde, en febrero de 2013.)[18]
Lincoln muchas veces fue magnánimo con los condenados a la horca y buscaba terminar la guerra cuanto antes para evitar la muerte, el sufrimiento y la separación de los que consideraba compatriotas. También fue muy criticado por suspender el habeas corpus en la primavera de 1863, por aprobar la ejecución más grande en la historia de Estados Unidos, en la que murieron 38 nativos sioux (revocó las sentencias de muerte de otros 265 sioux)[19] y por su titubeo, o moderación, entre esclavistas y antiesclavistas, durante todo el tenso y crucial período de apenas cuatro años y poco más de un mes en el que fue presidente.
El 9 de abril de 1865, después de la derrota en la batalla de Appomattox, Virginia, el general Robert E. Lee rindió su ejército al general Ulysses Grant. Cinco días después, el viernes 14, Abraham Lincoln asistió a una obra de teatro y un actor simpatizante del sur que formaba parte de una conspiración le disparó en la cabeza a corta distancia.
Lincoln falleció nueve horas después, al amanecer. Era 15 de abril de 1865. Tenía 56 años.
4
La Guerra Civil es un momento ineludible en el enfrentamiento de valores de los distintos grupos humanos radicados en Estados Unidos y de la comprensión de este entramado humano.
Los años posteriores a la guerra, conocidos como Reconstrucción, trajeron avance e impulso económico, el fortalecimiento del Estado central, la extensión del papel moneda, el fin de la esclavitud como institución, la creación de hospitales por todo el país, como herencia de los cuerpos de enfermería de campaña durante el conflicto, la extensión de los ferrocarriles y el telégrafo, y la aprobación de tres nuevas enmiendas constitucionales, XIII, XIV y XV, todas ratificadas dentro de los cinco años posteriores a la Guerra Civil y relativas a los derechos de los antiguos esclavos.
El fin de la Guerra Civil también trajo la más alta tasa de encarcelados del mundo, buena parte de ellos afroamericanos. Los antiguos esclavos fueron encarcelados por crímenes menores y fueron la mano de obra, muy barata, durante la Reconstrucción. Aumentó la narrativa acerca de la criminalidad negra, inmortalizada por ese ícono y clásico del cine que es El Nacimiento de una Nación, de 1915. [20]
Durante la etapa posterior a la guerra, hubo un movimiento que rechazó la legitimidad de los derechos políticos de los afrodescendientes. Los avances obtenidos durante la Guerra Civil fueron acompañados, y atenuados, por el regreso al poder de numerosos políticos segregacionistas que convirtieron las leyes de Jim Crow[21] en la nueva forma de lidiar con esa nueva y supuesta igualdad de derechos, incómoda e inaceptable para el privilegio blanco.
5
Aunque las diferencias entre los estados y las principales fuerzas políticas de entonces no son exactamente iguales a las que vemos hoy, aún son visibles ciertas huellas. Demócratas y Republicanos distan mucho de lo que entonces fueron, y muchas ciudades y núcleos humanos del sur son hoy cosmopolitas y diversos. Pero también es indiscutible que todavía se pueden observar marcas y herencias: una América profunda, despoblada, más homogénea, de cultura cristiana (varios autores hablan de «fundamentalismo cristiano» o «fundamentalismo protestante»), poco integrada a otras comunidades y al mundo, individualista, que no esconde la necesidad de los privilegios de clase, raza, género y orientación sexual; que está asentada en valores patrimoniales, etnonacionalistas; en la necesidad de un liderazgo basado en la «pureza», en el uso de la violencia para alcanzar o mantener el poder, la exclusión y el egoísmo económico. Del mismo modo que coexiste otro, que dista mucho de ser perfecto, que está en franco contraste con respecto a estos temas.
Desde los años posteriores al fin de la Guerra Civil hasta hoy ocurrieron cambios y transiciones en los dos principales partidos políticos del país de los últimos ciento setenta años, el Demócrata y el Republicano.
Aunque cuesta creer que el partido de Lincoln sea hoy el que rechaza la diversidad y los demócratas quienes la abracen, no es más que el acomodo, regional, pero también ideológico y electoral, de los individuos y las agrupaciones políticas en función de los privilegios y los valores de clase o de grupo social. A fin de cuentas, fueron personas que cambiaron de partido, pero no de visiones del mundo.
Durante casi cien años los blancos agrarios del sur estaban representados por el partido demócrata, al punto de que en la Convención Demócrata de 1924 se contabilizaron más de 320 miembros del Ku Klux Klan. Los industriales del norte, por su parte, eran en su mayoría republicanos. Los primeros se sintieron disminuidos, cuestionados, por el apoyo oficial demócrata al movimiento por los Derechos Civiles, mientras los segundos aprovecharon ese quiebre para establecer lo que se dio en llamar «Estrategia Sureña», un plan de ideología conservadora que promovía el miedo y los prejuicios entre los votantes blancos por la pérdida de jerarquía social.[22] Dicha estrategia también hizo apología de los valores religiosos y de la familia tradicional, frente al cuestionamiento que significaban los movimientos feministas y de otras minorías.[23]
La estrategia sureña también coincide en sus propósitos con la guerra contra las drogas, el llamado insistente de «ley y orden» y el enfrentamiento al Poder Negro, las Panteras Negras y el movimiento contra la guerra de Vietnam del presidente Richard Nixon, quien muy rápidamente duplicó la población carcelaria, fundamentalmente entre los afrodescendientes y latinos.[24]
Persuadir a los blancos pobres para que se unieran al Partido Republicano sobre bases etnonacionalistas, excluyentes y valores tradicionales dio resultados prácticos y es lo que vemos hoy en el mapa político de Estados Unidos. No es casual entonces la diferencia entre rojos y azules en cuanto a niveles de desarrollo, diversidad e integración. Del lado republicano también ocurrieron fugas, aunque a menor escala por razones demográficas, cuando los afroamericanos no se vieron representados por el antiguo partido de Lincoln y otros republicanos más moderados sintieron como inaceptables los nuevos presupuestos conservadores del Grand Old Party.
El virtual enroque que sufrieron los dos partidos centrales en la política estadounidense, durante los sesenta, setenta y ochenta del siglo XX, ha sido un proceso complejo, de acomodos y estrategias electorales, tan largo como la Unión. Entre sus momentos más destacados se encuentran la propia Guerra Civil, el fin de la esclavitud, el periodo de Reconstrucción, el New Deal, el movimiento por los Derechos Civiles y de otros grupos surgidos en los años cincuenta, sesenta y setenta. Durante todos estos años han seguido existiendo diferencias entre el norte industrial desarrollado y abierto y el sur más atrasado y tradicional, entre el progreso y la visión más liberal, y entre el conservadurismo y las posiciones abiertamente antiliberales.
Si el partido republicano es prácticamente lo opuesto de lo que fue hasta los sesenta del siglo pasado, en variadas visiones y valores, con los demócratas sucede otro tanto.
Con sus políticas de fortalecimiento del Estado federal, de expansión y mayor participación del Estado en la vida económica y cívica de la nación estadounidense, Franklin D. Roosevelt, demócrata, se pareció más a Lincoln, o siguió más la tradición de Lincoln, que las de su propio partido durante buena parte del siglo XIX y el inicio del XX. Lo mismo con Lyndon Johnson y los Derechos Civiles. Algo que Jefferson Davis jamás habría creído.
(Continuará…)
[1] El Destino Manifiesto es una doctrina que buscó explicar y justificar la expansión de los Estados Unidos de América durante el siglo XIX. Su origen, sin embargo, es anterior. Se remonta a la llegada de los colonos que consideraban el nuevo territorio como “elegido”. Destino Manifiesto y Espacio Vital poseen puntos en común. En ambos casos se trata de pueblos elegidos, puros, que necesitan y merecen más territorios en correspondencia con su supuesta superioridad étnica, nacional, cultural y religiosa.
[2] Clausewitz, Carl von. De la Guerra.
[3] Harvard Library. Harvard´s Lincoln, Rise of then rail splitter. https://library.harvard.edu/sites/default/files/static/onlineexhibits/lincoln/rail_splitter/06.html#:~:text=He%20believed%20that%20the%20war,but%20to%20seek%20additional%20territory.
[4] Life Stories. Lincoln: The Making of a President, The Pivotal Year, «I Want To Finish This Job», and Now He Belongs to the Ages. YouTube, ABC. https://www.youtube.com/watch?v=h5L08G3Klgg
[5] American Battlefield Trust. Datos sobre la Guerra Civil. https://www.battlefields.org/learn/articles/10-datos-lo-que-todos-deberian-saber-sobre-la-guerra-civil
[6] American Battlefield Trust. Cornerstone Speech. https://www.battlefields.org/learn/primary-sources/cornerstone-speech
[7] New World Encyclopedia. Abolitionism. https://www.newworldencyclopedia.org/entry/Abolitionism
[8] Learning for justice. President Lincoln, First Inaugural Address, March 4, 1861. https://www.learningforjustice.org/classroom-resources/texts/hard-history/first-inaugural-address-march-4-1861
[9] National Civil Rights Museum. Frederick Douglass: Abolitionist, Journalist, Reformer, 1818 – 1895. https://www.civilrightsmuseum.org/news/posts/frederick-douglass-abolitionist-journalist-reformer-1818-1895
[10] American Battlefield Trust. Gettysburg. Adams County, PA, Jul 1 – 3, 1863. https://www.battlefields.org/learn/civil-war/battles/gettysburg?ms=googlegrant&gad_source=1&gclid=CjwKCAjw6c63BhAiEiwAF0EH1KtQWYWgm2gTV0OfG7dSRn_zWb_FLuZzzbhdV23x7sguhSDQ8yNHTxoCa6AQAvD_BwE
[11] Burns, Ken. The Civil War. PBS
[12] Digital History. Abraham Lincoln to Horace Greeley. https://www.digitalhistory.uh.edu/disp_textbook.cfm?smtID=3&psid=393
[13] National Archives. Emancipation Proclamation. https://www.archives.gov/news/topics/emancipation-proclamation
[14] History. Black Civil War Soldiers. https://www.history.com/topics/american-civil-war/black-civil-war-soldiers
[15] Abraham Lincoln Online. The Gettysburg Address. https://www.abrahamlincolnonline.org/lincoln/speeches/gettysburg.htm
[16] La frase de Lincoln es bastante familiar para los cubanos. Noventa y cuatro años después, el 16 de abril de 1961, con motivo de la invasión a Bahía de Cochinos, el líder cubano Fidel Castro pidió a los presentes que reafirmaran orgullosos «defender esta revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes». No fue la única vez que en momentos cumbres el rebelde cubano empleó e hizo suyas frases de grandes figuras.
[17] Mr. Lincoln´s White House. Mr. Lincoln’s Office: Passage of Thirteenth Amendment. https://www.mrlincolnswhitehouse.org/the-white-house/upstairs-at-the-white-house/upstairs-white-house-mr-lincolns-office/mr-lincolns-office-passage-thirteenth-amendment/
[18] Waldron, Ben. Mississippi Officially Abolishes Slavery, Ratifies 13th Amendment. ABC News. https://abcnews.go.com/blogs/headlines/2013/02/mississippi-officially-abolishes-slavery-ratifies-13th-amendment
[19] Heard, Isaac V. D.. History of the Sioux War and Massacres of 1862 and 1863. NY: Harper & Bros., 1863, citado por The US-Dakota War of 1862. The Trials & Hanging. https://www.usdakotawar.org/history/aftermath/trials-hanging
[20] DuVernay, Ava. Enmienda XIII (2016). Netflix
[21] Se conoce como Jim Crow, o leyes Jim Crow, al conjunto de leyes estatales y locales que se establecieron en el sur de los Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios del XX que hicieron legal la segregación racial. Jump Jim Crow era el personaje que representaba un actor blanco que se pintaba de negro en puestas en escena a principios del siglo XIX. Es un término peyorativo. La última de las leyes Jim Crow fue derogada en 1965, cien años después del fin de la Guerra Civil, con la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964. History. Jim Crow Laws. https://www.history.com/topics/early-20th-century-us/jim-crow-laws
[22] Kevin Phillips, a través de su libro “La mayoría republicana emergente” (1969), se considera el autor que más claramente definió la “estrategia sureña” seguida por el Partido Republicano durante las décadas subsiguientes. Sargent, Greg. The GOP’s ‘southern strategy’ mastermind just died. Here’s his legacy. The Washington Post, October 12, 2023. https://www.washingtonpost.com/opinions/2023/10/12/southern-strategy-kevin-phillips-republican-party-trump/
[23] Strauss, Daniel. The politics of racial division’: Trump borrows Nixon’s ‘southern strategy. The Guardian, Sat 5 Sep 2020. https://www.theguardian.com/us-news/2020/sep/05/donald-trump-richard-nixon-southern-strategy
[24] Casi todas las presidencias, a partir de los años setenta, prácticamente duplicaron la población carcelaria. Nixon, Reagan, George Bush (padre) y Clinton fueron entusiastas del endurecimiento de las leyes y las medidas punitivas. Las excepciones fueron Barack Obama, quien redujo sentencias y aprobó indultos, y Donald Trump, pues durante su gobierno se aprobó una reforma penitenciaria apoyada por los dos partidos con el objetivo de reducir la población carcelaria. El caso de Clinton es interesante pues todo indica que tomó nota de la derrota de Michael Dukakis frente George H.W. Bush en las elecciones de 1988. Dukakis perdió por mostrarse más “débil frente al delito” a pesar de estar delante en las encuestas durante buena parte de la campaña. Clinton promovió leyes que penalizaron desproporcionadamente a los afrodescendientes y latinos. Los fines electorales de la “estrategia sureña” no siempre han sido exclusivos al bando republicano.
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