Antonio Guedes, presidente de la Asociación Iberoamericana por la Libertad, responde a Cuba Próxima sobre el 11-J
1- ¿Cuál ha sido el significado de las protestas del 11-J para Cuba y el gobierno?
Las protestas de esta envergadura, espontáneas, son las más importantes durante décadas en Cuba y posiblemente ni aún en la época de Batista y Machado fueron tan extensa al mismo tiempo. Muchos cubanos perdieron el miedo el día 11 de julio y tomaron conciencia colectiva que la mayoría ya no puede soportar más el régimen comunista. Quizás sorprenda, aunque se veía venir que era algo que se estaba gestando. Los que han salido a las calles son gentes fundamentalmente menores de 40 años, que ya no aguantan y no se creen la revolución. El discurso revolucionario se ha agotado para la gente joven. Estas manifestaciones han hecho cambiar de bando el miedo y el poder político-militar-empresarial, ha recibido un mensaje contundente.
2- ¿Cuáles son las motivaciones y las causas del 11-J?
Tiene múltiples causas. La primera es el hartazgo del pueblo después de más 60 años de un sistema minuciosamente ineficaz para generar riquezas y su quiebra política. Otro factor es la reducción del petróleo venezolano, lo que ha provocado constantes apagones eléctricos, aunque no son nuevos, en Cuba se llama “alumbrones”, porque de vez en cuando viene la luz y lo normal es estar apagados. Otro elemento es la pérdida de remesas que han caído sustancialmente, por culpa principalmente de una dictadura que quiere controlar toda llegada de ayuda a las familias. La disminución del turismo por la pandemia, Cuba no es el país más turístico del Caribe, pero este sector aportaba ingresos. Otra causa es el llamado reordenamiento económico puesto en práctica por el régimen, y que son medidas que endurecen la vida de los cubanos relacionadas con el uso de la moneda y los impuestos a los emprendedores, los llamados cuentapropistas. Pero hay que añadir cuatro elementos novedosos: la nueva generación que no quieren vivir como sus abuelos y padres. Las nuevas tecnologías (las redes sociales) a pesar de que en Cuba tienen muchas limitaciones y costo. Por otro lado, no hay en el horizonte una salida masiva de cubanos hacia Estados Unidos como ocurrió en otras épocas, en los años 60 por el puerto de Camarioca, en el 80 por el Mariel y en el 1994 la Crisis de los Balseros. Finalmente, casi desaparecieron los dirigentes históricos del régimen.
3- ¿Cómo avalúa la respuesta del gobierno cubano y su interpretación de estos sucesos?
La alternativa del régimen es la represión, no saben hacer otra cosa, pero cada vez les resultará más difícil. Pueden acallar temporalmente, era lo esperado de ese sistema, pero como las causas persistirán, las protestas, la rebelión del pueblo continuará más temprano que tarde.
4- ¿Qué criterios predominan sobre el 11-J en la opinión pública nacional e internacional?
Aunque es difícil saber exactamente la opinión del pueblo cubano que vive dentro de la Isla, entre otras razones por la naturaleza totalitaria de ese sistema; sin embargo, es fácil imaginar que predomina el criterio que la mayoría está harta de ese régimen, que el gobierno es brutalmente represivo y que es el principio del fin. Gran parte del mundo está entre sorprendido, solidario con el pueblo cubano y callado con las injusticias, porque no conocen o no quieren saber la naturaleza del comunismo. Los cambios de libertad de Cuba cuando lleguen cogerán al mundo de sorpresa, como cuando se derrumbó el comunismo del Este de Europa.
5- El 11-J estremece la nación, devasta los frágiles soportes del inmovilismo oficial, desatada odios y coloca a Cuba al borde de una guerra civil; condición en la cual no debe permanecer el país. ¿Cómo deben actuar el gobierno, la oposición democrática y la sociedad civil para un cambio sociopolítico que además implique una reconciliación nacional?
El gobierno no actuará de otra manera, sino con la represión y el miedo, no saben, ni quieren hacer otra cosa, no pensar esto es desconocer la naturaleza del comunismo, excepto tomar cosméticas medidas para ganar tiempo. Por supuesto es probable que en un momento dado si el entramado político-militar-empresarial ve peligrar sus intereses pueden iniciar una suerte de reformas o incluso de lucha de poder entre las familias que conforman ese gobierno represor. La oposición democrática debe plantear alternativas claras y creíbles de transición pacífica hacia la democracia, hacer ver al pueblo cubano y al mundo que hay alternativa hacia un Estado de Derecho y que apoya claramente las manifestaciones libres de un pueblo cansado; al fin y al cabo, la oposición es parte de ese pueblo. La sociedad civil buscará las vías posibles para manifestar su hartazgo al sistema comunista y el deseo de libertad.
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