Elena Larrinaga, presidenta de la Red Femenina Cubana, responde a Cuba Próxima sobre el 11-J
1- ¿Cuál ha sido el significado de las protestas del 11-J para Cuba y el gobierno?
Las protestas del 11-J evidencian que el gobierno ha perdido el control que ejercía. Además, su respuesta ha puesto en evidencia la auténtica naturaleza del régimen.
El pueblo, sin miedo (lo más relevante), ha pedido libertad, lo cual expresa que el apoyo al sistema es sobre todo virtual y no tan real. Con ello, se han invertido los roles. Sobre el gobierno gravita ahora el desconcierto, la preocupación e incluso el miedo.
2- ¿Cuáles son las motivaciones y las causas del 11-J?
El pueblo no se siente representado por un gobierno que ha demostrado que su prioridad es mantener el poder, haciendo dejación absoluta de sus “supuestas funciones”. Las cuáles deberían de ser, como corresponde, velar por el bien de sus ciudadanos.
Los jóvenes no han vivido la épica revolucionaria, quieren soluciones novedosas que respondan a los tiempos actuales, y la revolución ha demostrado haberse anclado en el tiempo. No es operativa.
3- ¿Cómo evalúa la respuesta del gobierno cubano y su interpretación de estos sucesos?
La respuesta del gobierno ha sido meridiana.
El Sr. Díaz Canel ha demostrado un desprecio manifiesto hacia el pueblo.
Ha intentado vaciar los contenidos de las protestas, aseverado que la libertad es un producto importado, deslegitimando el derecho de los cubanos a exigirle al gobierno.
Ha llamado al combate, lo cual supone un delito de provocación al odio, agravado por su posición como dirigente. Esto último eleva tal delito a la categoría de lesa humanidad.
Ha acusado al pueblo de querer secuestrar la soberanía que le es propia.
En definitiva, la respuesta gubernamental ha sido un desastre, totalitaria, prepotente, ignorante.
O sea, hemos visto un gobierno vencido por la realidad.
4- ¿Qué criterios predominan sobre el 11-J en la opinión pública nacional e internacional?
El criterio general es de apoyo a las protestas.
La comunidad internacional conoce muy bien los entresijos de esta realidad, aunque pesan los intereses de muchos por diversas razones, ideológicas, económicas, espurias, etcétera; razón por la cual a veces no expresan opiniones transparentes.
5- El 11-J estremece la nación, ya devasta por los frágiles soportes del inmovilismo oficial que, además, desatada odios y coloca a Cuba al borde de una guerra civil. El país no puede permanecer en esta condición. ¿Cómo deben actuar el gobierno, la oposición democrática y la sociedad civil para un cambio sociopolítico que además implique una reconciliación nacional?
Se hace necesaria una “transición pacífica” y una “Reconciliación Nacional”. Para ello, los protagonistas o responsables de las malas praxis se tendrán que hacer a un lado. Todos debemos dar un paso al frente y asumir el riesgo necesario.
Sólo la auténtica voluntad política de sacar al país hacia adelante lo hará posible. Las cuestiones personales deberán quedar apartadas.
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