Necesitamos abrir una salida a la crisis nacional lo más justa y equilibrada posible, mediante la negociación de un nuevo pacto social como parte del cambio consensuado, sin vencedores ni vencidos, donde solo gane Cuba y quepamos todos los cubanos, porque no perseguimos vencer como facción política, sino que Cuba cambie positivamente.
La situación por la que atraviesa Cuba es inmensamente difícil y nuestro pueblo roza una crisis humanitaria. El sistema y el gobierno que nos impone el Partido Comunista no garantiza siquiera un estándar mínimo de supervivencia decorosa para los ciudadanos. Incluso el sector social que los apoyó se ha desencantado con los últimos fracasos, demasiado groseros y costosos, y la inmensa mayoría del pueblo desea y sueña con ‘cambios’.
La agricultura ha retrocedido a niveles de improductividad muy bajos y no parece que puedan revertirlo; la industria azucarera es casi inexistente; el turismo está diezmado luego de la pandemia por la desfavorable imagen del país; la industria está obsoleta y paralizada; la generación eléctrica insuficiente es un calvario para el pueblo que sufre de frecuentes apagones.
La educación adolece de calidad, y faltan tanto maestros como medios de enseñanza; la salud pública dejó de ser una garantía y se ha deprimido hasta niveles de inseguridad y disfuncionalidad; los medicamentos están ausentes en las farmacias; la canasta básica normada ya no se puede garantizar; y los salarios cada vez tienen un poder adquisitivo menor, casi nulo. En fin, una crisis muy aguda, que dejó de ser a este nivel puntual o esporádica, y pasó a ser sistémica.
La respuesta gubernamental ha sido reforzar el control social con la represión más virulenta posible a todo acto disidente o de protesta cívica, multiplicando así los presos políticos y aplicando excesivas condenas ejemplarizantes. Ello, junto con la miseria generalizada, compelen a la migración desenfrenada en la mayor ola migratoria que hemos sufrido desde que ‘la revolución’ nos convirtió en un país migrante.
Cuba necesita cambiar urgentemente y la forma más civilizada, productiva y potencialmente viable es mediante el diálogo sincero, la negociación pragmática y el consenso juicioso entre TODOS los actores cívicos y políticos involucrados, que propicie finalmente en un escenario de paz social y espíritu constructivo, abrir el camino hacia una Cuba mejor.
En este contexto es que se promueve esta agrupación cívica con objetivos políticos, (Diálogo Democrático por Cuba), que busca unir voluntades a favor del cambio democrático en Cuba, mediante una Hoja de Ruta realista y potencialmente viable. Con el eslogan “una Cuba mejor es posible”, la apuesta es siempre al diálogo, al consenso y al sentido común para conseguirla, como un camino que debemos y tenemos que construir y recorrer juntos todos los cubanos, sin renunciar a las demás acciones cívicas y pacíficas como complemento.
Y por encima de todo, apelando al sentimiento nacional, tanto del oficialismo como de la oposición, de dentro y de fuera del país, para que actuemos por el mejor interés de Cuba, por encima de las diferencias que nos separan; para ofrecer un camino diferente y alternativo a nuestro pueblo, en aras de conseguir el mejor pacto social posible bajo las actuales circunstancias, uno que sea pacífico y reconciliador, y que por su medio finalmente podamos tener una solución democrática para Cuba.
El posicionamiento en el espectro político y la ideología de cada integrante o simpatizante quedarían relegados a un plano individual, sin que tenga significación alguna en la plataforma. Todos los cubanos que deseen una Cuba Mejor, con democracia, derechos humanos y libertades plenas, con inclusión y tolerancia, sean del color político que sean, estén o no vinculados a otras organizaciones de la sociedad civil o de la oposición, caben en Diálogo Democrático por Cuba, siempre que asuman el diálogo y la lucha cívica pacífica como el método y la vía ‘esencial’ para conseguirlo.
El objetivo general es lograr una Cuba Mejor, con democracia política, libertad económica y derechos humanos plenos. Y los específicos son:
1- Despertar en el pueblo cubano esperanzas de que el cambio es posible, que una Cuba Mejor es Posible.
2- Movilizar apoyos dentro de Cuba sin que implique la inmolación de la gente, al igual que en la diáspora, apelando al criterio de que prevalezca el pragmatismo.
3- Recabar todo el apoyo posible de la comunidad internacional y generar confianza entre los socios y amigos de Cuba, de que el cambio en Cuba no solo es posible, sino ineludible e inevitable, y viable bajo garantías de civilidad, gobernabilidad y estabilidad.
4- Conseguir una interlocución para esa gran parte del pueblo cubano que quiere cambio y quiere paz social, y que desea que los problemas entre cubanos se resuelvan con el diálogo y el consenso.
El accionar político y estratégico involucra las especificidades de la estrategia política a corto y mediano plazo, que tributen a conseguir los objetivos:
1- Impulsar un proceso de cambio en Cuba hacia la democracia política, con derechos humanos plenos y libertad económica.
2- Abogar por la lucha pacífica, cívica y política, para impulsarlo.
3- Perseguir la formación de un frente amplio de diversos actores políticos y de la sociedad civil para promover nuestras propuestas y conseguir una Cuba Mejor bajo las premisas que tenemos planteadas.
4- Centrar ‘la estrategia principal’ en promover un diálogo sincero y pragmático por un cambio consensuado hacia la democracia, apelando al mejor interés del país y del pueblo cubano, sin descartar ni dejar de trabajar en otras alternativas cívicas y pacíficas.
5- Basar la viabilidad del cambio en el ‘diálogo nacional’, comprendido tanto hacia lo interno de la oposición pacífica y democrática en busca del frente amplio unitario, como también, y principalmente, con el gobierno del PCC, en busca de avances democráticos y de una hoja de ruta potencialmente viable, que traiga avances tangibles, en materia de democracia, libertad económica y derechos humanos.
6- Potenciar el trabajo con todos los que desean un cambio democrático y apuesten por el diálogo y el consenso, y con los que no, sean del oficialismo o de la oposición, dejaremos siempre la puerta abierta y no tomaremos en cuenta cualquier reacción inicial desproporcionada o adversa.
7- Procurar abrir una salida a la crisis nacional lo más justa y equilibrada posible, mediante la negociación de un nuevo pacto social como parte del cambio consensuado, sin vencedores ni vencidos, donde solo gane Cuba y quepamos todos los cubanos, porque no perseguimos vencer como facción política, sino que Cuba cambie positivamente.
8- Estar dispuestos a integrar en el modelo de transición democrática todo lo que del sistema actual y de sus objetivos sociales, sea compatible con las premisas del estado democrático de derecho que promovemos: separación de poderes, elecciones libres y plurales y derechos humanos plenos.
9- Crear un clima favorable al entendimiento nacional que rompa con el ambiente de hostilidad entre cubanos por motivos ideológicos, poniendo por delante el mayor interés de Cuba.
10- Situar la liberación de los presos políticos como un tema urgente y sensible, como punto ineludible de nuestra agenda negociadora, pero considerándolo una meta intermedia, pues el objetivo mayor es que no haya más presos políticos en Cuba, ni diferencias entre cubanos que no puedan dirimirse en tribunales imparciales políticamente o en las urnas.
11- Propiciar la eliminación del bloqueo interno, al que consideramos la causa principal de los problemas de Cuba, que al mismo tiempo como consecuencia directa su fin traería también el cese del embargo externo o ‘bloqueo’ por parte de los EUA pues quedaría sin fundamento.
12- Trabajar por conseguir una Nueva Cuba, que será para todos los cubanos sin distinción de ninguna clase, como lo planteó Martí: ‘con todos y para el bien de todos’.
El financiamiento de la plataforma sería a través de donaciones voluntarias u otras vías lícitas de ayuda, siempre que no tengan condicionamientos ajenos a los objetivos expuestos, que van en sintonía con los intereses nacionales cubanos. Y para integrarla solo habría que cumplir unas reglas mínimas:
1- Creer en el diálogo, en el consenso y en la negociación como vía para lograr el cambio.
2- Evitar el lenguaje ofensivo en el marco de este movimiento, en aras del diálogo: aunque llamemos las cosas por su nombre, evitar las descalificaciones y las ofensas.
3- Dar espacio en nuestros foros de debate a todos, incluso a los que no crean en el diálogo ni en el consenso, siempre y cuando sean respetuosos.
Sería prudente que los integrantes del directorio o inicial o ‘núcleo duro’ fundacional no sea muy numeroso, por ejemplo, cinco, pero firmes y claros en estas ideas y en estas vías de acción. Que una vez listo todo y acordado, se haga pública, defina las funciones entre sus integrantes y comience a tomar sus decisiones por el consenso de todos sus integrantes. Y de no ser posible, al menos de la mayoría simple.
Siendo la primera invitar a todos los cubanos a que abracen las ideas del diálogo y la estrategia del consenso, y a sumarse en cualquiera de las dos formas: como miembros activos o como seguidores. Y a continuación, desatar la batalla comunicacional para llegarle al pueblo, y trabajar duro para que las crea y las abrace. Especialmente a los del interior del país, a ese ‘león dormido’ que desea el cambio y solo espera divisar en el horizonte un camino creíble para conseguirlo. Conseguirlo es la base del éxito.
SOBRE LOS AUTORES
( 2 Artículos publicados )
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Los que ostentan el poder el Cuba, no van a negociar, ni van a soltar el poder, habrá que arrancárselo.
Tratemos que sea al menor costo, pero no a cualquier costo.
Han demostrado incapacidad por estos 65 años y cada paso que dan es para robar más de lo que han hecho.
Cuba debe cambiar porque lo merece.
Hasta los animales eligen a los más capaces para que los guíen.
De buenas intenciones está empedrado el camino del infierno. Hay mucho idealismo en esta propuesta. Creer que la Nueva Clase política-militar que detenta el poder Totalitario en nuestra Patria. no lo entregará pacíficamente al pueblo renunciando a todos sus privilegios y fortunas amasadas.
Si se lograra una plataforma política que agrupara a la mayoría calificada de los que quieren el cambio hacia la democracia, con esa fuerza se podría presionar al PGE para que entregue el Poder de manera pacífica y negociada sin represalias por los enormes daños y los miles de crímenes por ellos cometidos en los 65 años que llevan aferrados a ese poder espúrio.
Es el camino que por ahora veo potencialmente posible. No depende de que el gobierno del PCC lo desee o lo quiera, eso es normal, lógico, depende de que estemos listos para aprovechar la oportunidad. Lo más probable es que no lo estemos y la continuidad siga imperando. Pero hay que seguir intentando mover voluntades, es la tarea de orden.