La Justicia no depende, fundamentalmente, de las instituciones que integran los sistemas de justicia, pues siempre se acude a ellas cuando esta es quebrantada. Trabajar por la justicia requiere, entonces, consolidar buenas dinámicas sociales, culturales, educativas, espirituales, informativas, económicas, laborales, jurídicas y políticas, etcétera.

Pero ello no desdice la imperiosa necesidad de mejorar, fortalecer y profesionalizar los sistemas de justicia. Por el contrario, ellos resultan herramienta esencialísima -definitiva muchas veces- para la protección de los Derechos Humanos y la consolidación de una auténtico Estado de Derecho.

Cuba Próxima propone 10 principios e instrumentos democratizadores del sistema de justicia:

1- Implementar la independencia de los jueces mediante la eliminación de la subordinación del sistema de tribunales a las Asambleas del Poder Popular, la elección de los jueces mediante ejercicios de oposición y la garantía de un presupuesto fijo para los tribunales.

2- Garantizar la seguridad e independencia de los profesionales del derecho en el momento que realizan sus labores.

3- Establecer un sistema que permita la publicidad y fácil acceso a las actuaciones judiciales.

4- Eliminación de la Sala de Delitos contra la Seguridad del Estado.

5- Creación de un Tribunal Constitucional.

6- Restablecimiento del ejercicio libre de la abogacía.

7- Eliminación de la competencia de los tribunales militares en los casos donde intervienen civiles y solo limitada a las cuestiones estrictamente militares.

8- Posibilidad de recurrir en vía judicial todas las decisiones de la administración relacionadas con los derechos de las personas.

9- Perfeccionamiento de las formas alternativas de solución de controversias, tales como la mediación, la negociación, la conciliación, el arbitraje, etcétera.

10- Nuevo diseño de las leyes penales, reduciendo su alcance y que estas efectivamente sean un derecho de ultima ratio, que se apliquen en el último momento.