La única proyección decisiva para lograr que los derechos humanos se ubiquen en Cuba como centro y finalidad del Estado y de la sociedad es la dimisión en pleno de los gobernantes actuales, la disolución del Partido Comunista (al menos en la forma que lo conocemos hoy) y el carácter socialista que los erige como poder supremo desde la misma Constitución
Responde a Cuba Próxima María Matienzo, escritora.
1- ¿Cómo considera la cultura sobre los Derechos Humanos en el mundo actual? ¿Cuáles fuerzas operan a su favor y cuáles en contra?
Hasta donde me alcanza la vista me parece ver que ha crecido la cultura sobre los derechos humanos en contraposición a los regímenes totalitarios, autoritarios, las guerras y los desplazamientos forzados que encuentran la resistencia a donde llegan.
En Colombia y Brasil, con gobiernos de derecha, asesinan a activistas, como mismo sucedió con los de izquierda. En México matan a periodistas, violan y matan mujeres. De Ucrania la gente huye de la invasión rusa y acapara más titulares que los millones de africanos que han estado huyendo durante años de sus guerras. En Cuba reprimen cualquier manifestación pacífica con violencia, exilian, encarcelan. En Nicaragua secuestran a sacerdotes y cierran periódicos e iglesias a la misma velocidad.
Con este resumen ya debería de entenderse que los Derechos Humanos no tienen color político, pero de eso no creo que estemos muy claros aun. Sigo escuchando cómo unos y otros centran sus esperanzas en la derecha o en la izquierda como solución a problemas que solo se solucionan progresivamente e independientes al poder político.
2- Actualmente, en Cuba, ¿qué lugar ocupan los Derechos Humanos en el entramado legal, institucional y político del Estado?
Dentro del entramado legal, institucional y político del estado no creo que haya espacio para los derechos humanos porque los derechos no pueden estar condicionados a una ideología o a un poder político o económico.
Que los poderes no estén divididos en Cuba ya te lo dice todo. El Estado administra la economía, es juez y parte del poder judicial, y las instituciones le pertenecen sin ningún tipo de autonomía. Los resultados están quedando en letra impresa: los reclamos del feminismo sobre la ley integral quedaron fuera del código penal y ratificó la pena de muerte, criminalizó cualquier tipo de activismo y mantuvo la responsabilidad penal a partir de los 16 años; el decreto ley 35, pudiendo dictar normas sobre el acoso en las redes y la violencia digital, se centró en el control político del espacio digital. Con el Código de las Familias no ha habido una disculpa histórica por los daños y perjuicios causados por la UMAP y la persecución a personas homosexuales, sin contar que hace recaer la responsabilidad de las personas de la tercera edad sobre las familias como si el Estado mismo no fuera responsable de las pensiones miserables con que los retira o de la calidad de vida a que los somete después de años con salarios míseros también.
3- De acuerdo con la experiencia histórica mundial, ¿cuáles políticas, normas jurídicas e instituciones han favorecido el desarrollo de los Derechos Humanos?
Creo en la libertad y en el derecho a cada nación de escoger, a través de votaciones libres, la manera más efectiva de salir adelante como sociedad. Lo que sí estoy segura es de que las fórmulas generalizadoras para resolver violaciones de derechos humanos no funcionan, porque hay que tener en cuenta las necesidades del grupo de personas afectadas.
Creo en las políticas públicas y en leyes enfocadas en la salvaguarda de las personas. Leyes y políticas públicas que sean asequibles, que estén a disposición de comoquiera que las personas hayan querido agruparse según su necesidad.
No creo en estados militarizados ni en políticos.
No sé si te respondo esta pregunta. Yo soy escritora y no política ni estudiosa del tema. Soy una escritora que vive en un país donde ha tenido que asumir la actitud de defensora de derechos humanos, pero si me dieran la oportunidad estaría escribiendo novelas policiacas y no hablando de estos temas.
4- ¿Sería posible que las personas puedan desarrollar sus Derechos sin trabajo decente y educación? ¿Podrían hacerlo sin libertad?
La educación y la libertad son básicas para vivir en plenitud de derechos, aunque no están solas en el paisaje que conforman los Derechos Humanos. Una no es más importante que otra si tienes en cuenta que se complementan o se contraponen. Si te refieres a una educación adoctrinada, ya sea porque peque de una occidentalización extrema o por una ideologización, terminarás creando sujetos con muy pocas libertades que a su vez limitarán las libertades de los demás.
Los que han logrado llegar al poder en Cuba son personas entrenadas para limitar libertades justo porque son personas sin libertades que tienen mejor solvencia económica que el resto de los cubanos. Sin embargo, ¿podría decirse que sus trabajos son decentes?
¿Qué define un trabajo como «decente»? Estas clasificaciones van en contra de mi perspectiva humanista de la realidad. En una sociedad todos los trabajos son «decentes». Admitir lo contrario significaría que siempre habrá alguien en posición de excluir a quienes ellos consideren «no decentes».
De lo que sí estoy segura es de que los trabajos deben ser remunerados con justicia, que deben tener salarios dignos, que deben ser pagados para que las personas vivan según lo que ellas consideren digno.
5- ¿Cuáles serían las proyecciones decisivas para lograr que los Derechos Humanos se ubiquen, en Cuba, como centro y finalidad del Estado y de la sociedad?
La única proyección decisiva para lograr que los derechos humanos se ubiquen en Cuba como centro y finalidad del Estado y de la sociedad es la dimisión en pleno de los gobernantes actuales, la disolución del Partido Comunista (al menos en la forma que lo conocemos hoy) y el carácter socialista que los erige como poder supremo desde la misma Constitución.
Después habrá que dictar leyes que permitan la libre asociación, que liberen las fuerzas productivas, habrá que dictar leyes para la transparencia de todos los procesos políticos y económicos que se vendrán, y un largo etcétera que son, en definitiva, todos los derechos a los que no tenemos derechos.
El Estado cubano actual, al que llamo dictadura sin muchos ambages, ha demostrado con creces que los Derechos Humanos no son su prioridad. Han tenido sesenta y tres años para demostrarlo y solo han logrado superarse en represión y en crisis económicas.
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